tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

viernes, 6 de junio de 2014

La insistencia es porfiada y se empeña en encontrarle una explicación al azar; para sentirme menos dudosa, para estar un poco más segura. El espesor de la reticencia a lo abstracto se manifiesta en sus planos más concretos, en el miedo a un abrazo, en el detalle de la vida cotidiana, en el miedo a la mirada constante y prepotente que se nos clava en los ojos sin nuestro permiso. Es la violencia lo que nos gusta, casi de forma fetichista, es la violencia que me genera tu aura, tu cabello, tu andar desposeído, tu maldita heterodoxia. Pero la violencia es el último medio que legitima la sumisión, y tu violencia se basa más en mi consentimiento que en tu colonial forma de ser.
Hace un tiempo perdí el código de traducción de ciertas conductas y ya no fumo en el sillón porque tengo miedo de estar transformándome en la ambivalente inteligentzia que lo juzga todo desde afuera.
Siempre poco comprometida, siempre desde la periferia y cuidándose bien de no involucrarse porque involucrarse es una virtud cívica, y las virtudes cívicas tienden a lo positivo. Al bien general y no al individual, o tal vez, tu egoísmo pueda ser visto como una suerte de utilitarismo que coincide con la pluralidad.
Es importante la redacción, es importante la coherencia y la conexión entre partes aparentemente inconexas. Encontremos nosotros mismos el nexo, resignifiquemos lo que es insignificante para otros, dotemos de sentido algo que por su trivialidad carece de sentido per se.

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