tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

sábado, 22 de diciembre de 2012

La soledad.



La soledad me enseñó a entender la razón de mi existencia.
Sola, puedo encontrar lo que perdí.
Para muchas personas la soledad es estar sin nadie, para mí es estar conmigo.
La soledad no tiene nada que ver con la presencia o la ausencia de otros, es un estado.
Puede ser positivo o negativo, y es sólo el reflejo de uno mismo.
Saber estar solo es necesario para sentirse completo.

martes, 18 de diciembre de 2012


A la casa de las palabras, soñó Helena Villagra, acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las tocaran, que las lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían, y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.
En la casa de las palabras había una mesa de los colores. En grandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servía del color que le hacía falta: amarillo limón o amarillo sol, azul de mar o de humo, rojo lacre, rojo sangre, rojo vino..

lunes, 17 de diciembre de 2012

Incierto afán.

Si proyectara como un cortometaje el bosquejo de otro año, diría que ya sabido de antemano es que, es complicado, sino casi utópico, cumplirlo y plasmarlo tal y cual como uno lo dibuja en su isla de edición mental.
Del todo no estaría equivocándome si dijera que aún así es el motor hacia el próspero ideal.
Dar otra vuelta de tuerca es, sin ir más lejos, el nudo de mi existir. Un nudo que siempre está latente, en desarrollo, que se anuda y desanuda constantemente, que arma y desarma, que va y viene. Que coagula todos mis deseos. Es el corazón de mi mente.
Las despedidas sí que son de esos dolores dulces, pero son dulces sólo porque hay otra bienvenida. Es el momento en el que le doy la bienvenida a asuntos que no sé cómo ni por qué retornaron hasta la superficie.
Me doy cuenta que busco otras cosas, que difieren de las que tuve. La búsqueda sigue viva dentro mío. Porque todavía no logré encontrarme.
En unos días, mi mochila se llenará sólo de lo imprescindible; de lo justo y necesario. Pienso trasladar este mismo sentido a lo que no se ve. Es decir que, lo que me conforma va a seguir siendo lo mismo, pero con una vuelta de tuerca. No voy a dejar de ser yo, sino que voy a tratar de aligerar el peso de mi mochila para que sea más liviano mi andar, para que los hombros no se me venzan de tanto peso. En situaciones como estas caigo en la cuenta de que lo que quiero para mi alma está plasmado de algún modo en lo que hago con el cuerpo. Si quiero llevar los hombros hacia atrás, enderezar la espalda, entonces, atenúo la carga.
Eso es un rasgo característico mio, el hecho de proponerme constantemente encontrar un equilibrio entre ambas partes. Hallarlo y más difícil todavía, mantenerlo.
Voy a dejar todo cuando sea innecesario en Baires. A partir de aquí trazo una línea nueva. La cual aún se forja y gesta porque estoy procesando grandes etapas consumadas en su máximo nivel: el final. Considero este viaje como una reflexión, porque todo desenlace merece una reflexión, para nutrirme de un tallo verde a primera hora de la mañana, para leer un libro a la sombra de una parra, para
 caminar por lugares vírgenes. Se puede decir que.. Nada se puede decir ahora mismo. Porque siempre que se dice, sale el tiro por la culata. Ya lo diré en otra oportunidad, cuando haya sucedido lo que ha de suceder. 
Quiero dejar de pensar a futuro, también me digo.
Para eso, quiero dejar de escribir a futuro. Porque uno escribe lo que piensa.
Porque todas esas palabras que lo esperan al futuro que es ese punto que se encuentra lejos y a las vez cerca de nosotros, están cargadas de expectativas.
Y si hay algo que no quiero llevar a cuestas durante este viaje, son las expectativas.
Porque si no hay expectativas, no hay desilusión.
Y si no hay desilusión, quiere decir que no hubo ilusión.
Entonces p
refiero envolver a todo esto que me pasa, en una bolsa cuya etiqueta diga simplemente afán. Un incierto afán. 

domingo, 16 de diciembre de 2012

"Supongo que pienso en el amor más de lo que debería.
Me asombra el poder que tiene para alterar y definir nuestras vidas."
Soy una persona que se cansa. No sé si rápido, no sé si lento. Más tarde o más temprano, el punto es que me canso. Y no hay peor cosa que cansarse de uno mismo. Porque cuando me canso de tomar café, lo corto con un poquito de leche. Cuando me canso de un libro, lo cambio por otro. Cuando me canso de ver la tele, la apago. Cuando me canso de una canción, escucho otra.
Siempre me canso.
A lo largo de un día, las interrupciones que hago, casi todas, son por cansancio, aburrimiento. Si no, viviría haciendo monótonamente lo mismo.
Eso no está mal. No está mal siempre y cuando haya algo por lo que cambiarlo.
Entonces, cada vez que me pudro de algo, lo que hago es cambiar.
El cambio.

A veces creo que la primera impresión es mucho más que una primera impresión; algo así como la impresión que va a marcar lo que sos por el resto de tu vida.
La gente juzga muchas veces y se queda con lo que alguna vez fuimos, lo que primeramente conocieron de nosotros. Con un pedazo del todo. Un mínimo.
Fácil: conocés a alguien al que le gusta el pop, dos meses después se compra un CD de Rata Blanca, y es un careta. Un falso. No es auténtico. Eso es porque lo conocíamos y le gustaba el pop. A partir de que conocemos a alguien o algo, pareciera ser que las posibilidades de mutar se vuelven nulas.
Las personas no son. Las personas eran.

A veces quisiera armar un esquema con lo que me gustaría ser, ir poniendo y sacando cosas dentro mío, como si fuera un personaje de los Sims. Me desestabilizan los oídos las palabras de los demás que he llegado al punto de quererme sorda. Necia. Pero no.
Ahora mismo estoy cambiando una relación por la vuelta a un ámbito que no me interesa. Que pareciera que, sin embargo termino por acoplarme a él. Sólo para pertenecer a algo. Y no quedar en la nada, flotando.
Esas son las cosas que me desconciertan de mi misma. Cosas que no me gustan y que quisiera cambiar por otras, de las que no esté tan cansada. Y no puedo. Y me frustra.
Odio los momentos en los que se me moja el papel con las respuestas que tanto me costaron elaborar. Porque se les corre la tinta, se borronean ante mis ojos y las tengo que volver a armar. Pero para armar primero hay que encontrar...
Búsqueda, no queda otra. 
Ayer me subí a un colectivo.
1,25 dije y saqué el boleto.
Me senté en uno de esos asientos que están a la derecha, los que son para una 
sola persona, los individuales por los que todo el mundo casi se pelea, porque ahí podés estirar los pies a piacere.
En una parada subió un hombre de medianos veinte años con rulitos castaño claro. Era un vendedor ambulante que promocionaba un "infaltable" set de hilos. Era la primera vez que me querían vender algo semejante: hilos de colores, finos, gruesos; imprescindibles siguiendo su descripción. Los vendía $3 cada conjunto con una adicional simpatía. Sin embargo, mucha gente para mi sorpresa le compró, quizás porque tenía muy buena onda, porque era muy barato o simplemente tal vez porque en el colectivo había un algo especial.
Yo lo seguía con la vista mientras hacía su desfile de compra y venta.
La cuestión es que después de agradecernos y antes de bajarse, como recordando algo que tenía olvidado, nos quiso vender algo más: un sueño.
Para eso nos pidió que cerráramos los ojos 10 segundos y que deseemos que se cumpliera lo que más anheláramos en ese momento. Una vez pasados los 10 segundos, nos auguró un buen viaje y buena suerte.
Entonces fue cuando se bajó, compartiendo una cómplice sonrisa con el chofer a través del espejo retrovisor derecho, dejando una aurora pesadamente impalpable en cada recoveco con la certeza de que todavía existe la magia. 

viernes, 14 de diciembre de 2012


Competencia del que soy con el que fui,
del que va a apagar la lámpara
con el que la ha encendido,
del que desparramaba los colores
con el que los reúne,
del que no se veía en los espejos
con el que se contempla en el humo.

Competencia de mi voz con mi voz,
de las palabras que encontraba
con las palabras que me encuentran,
de los silencios que hablaban por amor
con el amor que dice su silencio,
de la luz de una tarde en cualquier tarde
con la luz exclusiva de esta tarde.

Competencia del que soy y del que fui
con el que seré o no seré mañana,
del que aún marca sus huellas
con el que todavía las borra,
del que empujaba al día
con el que ya ocultamente lo sostiene,
del que viene de ninguna parte
con el que viene de ninguna parte.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Soltar duele.


Pienso en una imagen simple. Una mujer volviendo del supermercado. Lleva dos bolsas pesadas en las manos. Si las suelta, algo de lo que lleva adentro se rompe. No quiere que eso pase porque pagó por esas cosas. Quiere que esas cosas se mantengan intactas. Algunas las va a disfrutar, otras simplemente le son útiles. Las bolsas les resquebrajan las manos. Duele tanto peso. Y duele llevarlo sola. Si hubiera llevado a alguna amiga al supermercado... Si hubiera aceptado que no podía llevar eso a cuestas... ¿Y ahora?. Ya está.

En el camino a casa intenta pensar en otras cosas, pero el dolor en las manos punza. Se frena. Deja las bolsas un minuto en el suelo. Suspira. ¿Está lista para seguir?. Duda. Se frota los dedos. Los tiene irritados. Los mira. No puede evitarlo. Piensa que el dolor tiene un atractivo visual. Basta cortarse un dedo para que se haga famoso. Mirá, mirá, me maté cortando una naranja. Las heridas físicas las exhibimos... Las interiores también.

No me gusta el compromiso. Vamos despacio. No confío en vos. Me pasaron muchas. No es el momento. No sos real. Me gustaría creerte. No voy a cambiar por nadie. 

La mujer vuelve a agarrar las bolsas. Sigue caminando.

Soltar duele.
¿Y sostener lo insostenible?

Cartas frustradas de amor.

El cielo está gris. Y cuando el cielo está gris, las nubes se mimetizan y bailan en él hasta que logran reflejar en las dóciles miradas, su lluvia. Nada se detiene, nunca, y mientras caían las piedras como cargadas de ira, ellos también cayeron fulminados y se despidieron con un abrazo que congeló el futuro eterno en un te quiero. Ahora lloran a escondidas, quién sabe si volverán a toparse. El incierto es magnífico, pero ya no lo esperan juntos.
Se rindieron ante la gente, la cobardía y el destello fugaz del primer hombre y la primer mujer.
Y así se perdieron los desconocidos..

Somos sólo personas amando a otras personas.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Me estremece la fortaleza de este amor. El que puede ser el abrigo en un invierno crudo y al mismo tiempo, el agua que refresca en un verano infernal. 
Este mismo amor... que no sabe de género, que va más allá del vínculo y del nombre que se le adjudica. De mujer a mujer.
Al que le alcanza y le sobra con una mirada para sobrepasar los límites del entendimiento. El que tiene sangre de magia, el que es tan dulce que ya no cabe dentro de lo especial porque no sabe expresarse ante la mirada de los demás. En este camino somos vos y yo. Vamos juntas a la par.

Uno busca esas personas que dice la filosofía, se han perdido por el mundo, que son como la otra mitad de uno mismo, que a lo largo de la vida ha de buscar pero difícilmente ha de encontrar. Porque es un mito, una leyenda que naturalmente no existe. Pero nosotras somos la excepción, el pero, la manzana verde infiltrada en un cajón de manzanas rojas. Y la mayoría de la gente va en búsqueda de lazos tan puros y verdaderos, como el que hoy tenemos.

A cada minuto rectifico que la nuestra, es una amistad que no para de crecer. Hacia arriba, hacia abajo, hacia los extremos infinitos del todo. Es un amor que jamás termina de expandirse, que carece de márgenes y contornos y es por eso que no logramos arribar a sus confines más subrepticios. El que me demuestra que me equivoco cuando creo que ya le es imposible avasallar un poco más la realidad, porque es ahí que concluye por sorprendernos y ahí está: más vigoroso que nunca. El que se riega con cada lágrima. El que se lustra con cada carcajada para imponerse brillante en el corazón. Grande e inmenso como un árbol que vimos germinar en sus semillas.

Soy atea pero creo que el que nos hayamos encontrado, que seas mi amiga, eso es un milagro. Y si, nunca pensé que lo ideal pudiera un día estar tan cerca  de lo real. 
Te amo.

viernes, 7 de diciembre de 2012


El silencio que queda entre dos palabras 
no es el mismo silencio que envuelve una cabeza cuando cae, 
ni tampoco el que estampa la presencia del árbol
cuando se apaga el incendio vespertino del viento. 

Así como cada voz tiene un timbre y una altura, 
cada silencio tiene un registro y una profundidad. 
El silencio de un hombre es distinto del silencio de otro
y no es lo mismo callar un nombre que callar otro nombre. 

Existe un alfabeto del silencio, 
pero no nos han enseñado a deletrearlo. 
Sin embargo, la lectura del silencio es la única durable, 
tal vez más que el lector. 

Roberto Juarroz

jueves, 6 de diciembre de 2012

Como las nubes..

Por alguna extraña razón, cada vez que cuento mi historia en tercera persona, se me anuda en la garganta un bolo de sensaciones. 
Llegué a terapia 15 minutos tarde con el temor de que fueran descontados del tiempo total (afortunadamente no ocurrió) Leí la autobiografía en voz alta.
Escuchar es importante, pero siempre pensamos que escuchar tiene que ver con el otro, con prestar un oído, con aconsejar a alguien más. Y muchas veces, es tanto o más necesario, escucharse a uno mismo.
Por vez primera, hoy me escuché. Y créanme que es muy fuerte oír el relato de uno mismo, emanado de su propia voz, sólo que narrado para otro. Es ése el motor de la reflexión  porque que te escuchen y que uno mismo se escuche... ambas son iguales de importantes; pesan lo mismo en la suerte de balanza que equilibra sentimientos y pensamientos.

Si hay algo que me gustaría entender de mi, es el desborde que me provoca el estado de "paciente" No hay excepción, nunca. Siempre que me siento en el sillón para hablarle a un psicólogo, inevitablemente me desbordo. La voz me tiembla, los ojos me lagrimean y reprimo esas ganas de llorar tan vehementes. No sé por qué lo hago.
Sin embargo, no es algo de lo que pueda alardear o presumir, es más, todo lo contrario. Me avergüenza el no poder estallar en lágrimas en frente de un tercero. Será que me siento expuesta, desnuda. Así como una cebolla que llega al final de cada una de sus capas.
(sólo que la diferencia es que la cebolla te hace llorar aunque no quieras) Probablemente, eso sea lo que me de miedo.
Hoy me dijeron que llore, que llore como las nubes lo hicieron toda la tarde, como el cielo gris de hoy.
Es cierto, no hay cosa más liberadora. Y no puedo decir que es una mera cuestión de preferencia, o gustos, porque estaría mintiendo. No puedo llorar ni a solas conmigo misma. Es raro. Es también raro que te analicen y llegar, de repente, en terapia, a conclusiones que vos, solito, no pudiste. Pero es lindo también saber que con la mano o el oído de alguien más, se pueda estar mejor. Creo que no debe de haber nada más gratificante en este Planeta que el hecho de serle útil desde lo que te apasiona a otra persona. Eso es para mi un psicólogo, quien presta una ayuda desde un punto de vista académico. Sino, psicólogos seríamos todos cuando escuchamos a nuestros amigos.

Y por alguna otra extraña razón, me siento más liviana cuando termino una sesión, con la mochila menos pesada. Vaya a saber uno por qué.
Y hasta a veces (puede que sea una mera impresión mía) creo haberme infiltrado, así como de contrabando, un poquito al menos en el corazón del terapeuta. No es que sea esa mi intención, ni mucho menos, pero debe de ser difícil también escuchar las 24 horas del día a un desfile de gente desbordada que no sabe qué hacer con su vida. Y erróneamente recurre a un psicólogo con la idea de que es el Dios personalizado que ha de salvarlo.
No soporto esas ideas generalizadas. Hacer terapia es construir, no exponer y que resuelvan tus asuntos. Es llegar a un puerto y anclar ahí posibilidades.

Ahora, sentada, acá escribiendo me ataca la idea de que éstos son los momentos en que soy yo misma. En los que no existen las agujas del reloj y no me apresura el porvenir. 

Sinceramente, no sé qué es. Pero está ahí, imperceptiblemente y dentro mío. En algún rincón de esta Ilenia está agazapado ese amor incuestionable hacia la psicología.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

En su corta consciencia, elaboró teorías del sueño. Cómo empezar el día, el que marcará las próximas horas hasta dormirse, otra vez. La forma en que se lo encara, lo primero que hace o ejecuta; es eso lo que delimitará la mente por un lapso aglomerado de minutos. Si se escribe algo, entonces, ese algo es lo que rondará mínimamente en el propio cerebro, hasta el mediodía.

martes, 4 de diciembre de 2012

Desenvolvió al bombón y se topó con una sorpresa (y siempre le gustaron las sorpresas..)
A partir de ahí, no quiso saber más nada con el tiempo.
Diose cuenta de muchas cosas: que le gustaban las flores, más aún si se pueden fumar,
que es inútil arraigarse si es sabido ya que todo cambia. Lo dijo Galeano una vez, en esta vida todo se puede cambiar, el pelo, el marido, la casa, los hábitos. No hay nada que sea ajeno, que uno es lo que quiere ser.
Hay muchas cosas que se pueden descubrir un miércoles a mitad de semana. Lo maravilloso que es reir si las sonrisas son frescas como el viento que sopla después de la lluvia. En las energías que se emanan junto con el sudor, en ese preciso encanto fue que se perdió, en lo cotidiano, en el polvo de la sopa, en el arpegio de un si mayor. 
Que todo termina, sí, le da miedo. Pero reconoció también que si hay un final, es porque existe otro comienzo.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Caminar y caminar, por empedrados sizañeros que lo único que buscan es hacerte trastabillar y caer de boca. Pero no, sin embargo, vos no te caes. Nos anticipamos a un feriado, desmigajando horas vueltas espuma de amenazante lluvia. Y cuando te mojás de rocío, te hacés transparente y te veo, en tu resplendor, como un monte iluminado por el astro mayor a primera luz del día. Mientras yo me mojo con vos. Y estás ahí y no es una ilusión. Y estás ahí y es de verdad...
Cuando esa faceta se hace presente ante mí, despiertan, muy dentro, sensaciones adormecidas. El amor se hace crema y volvemos a untarnos como antes. 

jueves, 22 de noviembre de 2012

De repente  soy víctima de tu distancia.
No nos entendemos, o no nos queremos entender.
Hay alejamientos que sirven para mirar hacia adelante.
Hay alejamientos que de alejamientos, tienen sólo el nombre, porque acercan más de lo que alejan.
Acercate a mi, decifrá lo que te estoy diciendo. Dame la dosis justa, no la espalda. Y no me ahogues, no me abandones, no finjas.
Simplemente no, por favor.

martes, 20 de noviembre de 2012

Y tal vez, sabio es el que riega una pequeña flor.
Es como perderse en el mundo del porvenir. Ese que dibujaste para mi.
Todos nos fundimos en algún punto ecuatorial. Al menos por ahora, soy sólo un feto.

Somos todos del mismo planeta, somos todos iguales, somos todos distintos.
Vemos todos lo mismo, pero lo acatamos de distinta manera.

¿Qué es lo que debemos creer, en quién?
Desarmemos lo que está instaurado, movamos el piso, soplemos el aire.
¡Basta de una vez! tiremos todas las pilas de todos los relojes de la casa, y luego, en nuestro traje medieval viajaremos a través de los siglos. Atravesaremos el hippismo, la época del cabaret, la etapa conservadora, la colonial hasta llegar al Renacimiento.
Nos bañamos de historia, nos empapamos en sus profundidades y entendemos, por fin entendemos...

domingo, 18 de noviembre de 2012

Te libero porque te siento presa por estos momentos.

Mutar para ser mejor.
Y me convierto en anfibio.. Un reptil que se introduce en el mundo existencialista.

Una víbora que se arrastra por los periplos del pasado, que anda por pantanos, que está construyendo su libertad. Que pro-yecta y e-yecta.
Y contemplaremos la obra de arte, dejando atrás todo el veneno. Olvidándonos que hoy es domingo, que es domingo y que llueve.
Aplaudamos para dormirnos, que para cuando despertemos la circunferencia cíclica volverá a ser profecía próxima a cumplirse.


viernes, 16 de noviembre de 2012

Once. 
Cambias demasiado rápido para mí, y no puedo seguirte el paso...
 Quizás si fueras más lento, podría ver que estás sólo diciendo mentiras.
Me reubico ante el cielo imponente que da la impresión de que va a devorarme de un momento a otro.
Me siento absorta en la acústica de la ciudad. El intermitente ruido sonoro me acelera el pulso. Hasta hay momentos en los que el paro cardíaco se enarbola como una real posibilidad.
Todo sucede en esta ciudad. Ciudad que conmueve, que camina. Ciudad que es testigo de cada encuentro.
Ciudad que almacena fiel tantas historias como habitantes.
Pero yo quiero guardarme un poquito más las frases, aunque para eso necesito más bolsillos.

Porque es el hombre un ser vacío si carece de un tesoro propio. "Lo mío, es mío" pensó un egoísta una vez.
La vida se presenta como un cuento. Una historia que es mejor que sea contada con fragmentos y no desnudada por completo en un papiro. Dicen que en la huerta del jardín, el amor se cosecha mejor si crece al lado un tomate. Porque si me apagase mañana,  no quiero guardarme una sola gota de imaginación.
(Hacía tiempo ya que no tenía un viernes de éstas características..)



Libertad, es la consecuencia de la liberación
Liberación, es el desprender de las opresiones.
Opresión, son las alas que carecen cuando no hay libertad.

Y así, en un triángulo, elaboré las conclusiones que me llevaron a trazar líneas; nuevas, curvas, rectas.
En las que estamos los dos, pero en caminos paralelos.
Sin tocarnos, como un halo que envuelve un cuerpo, invisible como el aire, denso como la humedad.

Nos dimos cuenta que sólo somos seres humanos en la condición de carne y hueso. Que somos caníbales de la comunicación. Atroces y despiadados cuando desaparece la honestidad.
La barrera se impone erguida entre nosotros, seres extraños.
Ahora vivo para mí. Vuelvo a escribir, vuelvo a estar sedienta de aquel mundo que gélido se paralizó en estos meses. Recobremos el placer. 

Comprendí que construir no implica avanzar con eficacia sin importar lo que no está funcionando, sino que es un proceso tan complejo que a veces puede hacernos retroceder casilleros para volver a los cimientos de una casa. Estamos dándole fuerza a este rascacielos.
¿Y qué importa si padecemos el esfuerzo de reubicar cada uno de nuestros ladrillos? El puerto que nos espera, podría ser mejor..
Te propongo perdernos en un velo dadaísta porque lo que pesa es insano, nos encorva el tiempo, nos agita.
El futuro da miedo, si no lo entendemos como el presente.
En cada segundo hay futuro. No es necesario pensarlo, porque él simplemente está.
Y aunque no nos acordemos que existe en el ahora, se esfuma en el después.

domingo, 14 de octubre de 2012

Como tantos otros, yo también estoy anhelando Iruya. El ensueño en las alturas, el silencio de las montañas, las subidas cuando todo parece una bajada. Un mirador para ver desde allí, ajena a todo. Hoy es sólo un recuerdo, como también una cuenta regresiva que va hacia adelante.
Que odio la ciudad, eso ya lo sabía. El lugar donde el lado oscuro de los seres acrecienta su sombra y se proyecta en su totalidad sobre mi. Me cubre como un manto.
En el fondo, me regocijo y degusto sorbos largos de café. Le pongo azúcar por demás, para ver si me endulza así el alma. Pero no hay caso.. Sigue amargo, como el paisaje sin color que se esparce a pesar del sol radiante que me quema la piel. Siguen faltandome abrazos. El vacío no se logra llenar con ningún plástico material. Miro a mi alrededor y no encuentro emprendimiento digno en el cual depositar las escasas ganas que quedan ya. El movimiento es una tortura. El estatismo es aún peor.
Necesito conseguir un prospecto que me recete la cura de este mal.   


Me desperté evocando la inolvidable sucesión de hechos que atormentanme desde aquel día. 
Sus caras se presentan taimadas, maliciosas, con hambre de dolor.
No hay nada peor que la esperanza cuando se quiere cerrar un capítulo, porque ella está para alimentar la chispa a merced de un fuego incierto. No siempre es bueno tener esperanza, porque nos deja la puerta entreabierta y no nos permite estar seguros del no. Y así es como me encuentro flotando en el quizás.  Sobrevolando un tal vez. Esperando desde el no, me desvivo por un si.
Manejan los hilos de esta telaraña, tejen enriedos que se hacen difíciles de solventar.
Que pase todo esto, para que vuelva a descansar en paz, para que amanezca con la pereza de permanecer 5 minutos más en la cama y no con el insomnio de una injusticia.

La tristeza sabe peor de lo que creía.

sábado, 13 de octubre de 2012

Tomo un pincel, un trozo de tela, me empapo de témperas.
Agarro un libro, me hundo en sus hojas.
Subo el volúmen, me ahogo en gritos.
Toco algún acorde, afino mis cuerdas.
Y súbitamente me acuerdo que todavía hay mugre debajo de la alfombra.
De que el dolor no se va,
que aunque salga a tropezarme con el sol, 

el dolor sigue ahí.

jueves, 11 de octubre de 2012

Hasta siempre.

Dijo un sabio una vez que uno sólo conserva lo que no amarra.
¿Y si te dejo volar?
Me temo que no funcione.
Últimamente dejo todo caer, desde las lágrimas hasta los pantalones.
Y se me hace imposible por estos días, pensarme ajena a esta masa de gente que dentro de unos días te va a invadir con esos acentos que tanto olor tienen a esta ciudad. Cómo me gustaría tener el privilegio de quitarme una mosca de la cara. La misma mosca que antaño maldije por no dejarme almorzar tranquila, hoy sin duda sería bienvenida a mi mesa.
Es duro ver cómo todos materializan un sueño que pudo haber sido también el mio.
Una de cal y veinte de arena, y así el deseo desprendido en un río del sur llega a la catarata y se pulveriza cayendo cuesta abajo.
Vislumbro un duelo que parece ser
 eterno.
Mi luz se apaga. Quedo perdida dentro de mi propia oscuridad.
Me estoy secando por vos. Poco a poco me marchito por dentro.
Si tan sólo pudiera regarte con unas poquitas lágrimas, creceríamos juntos.. Otra vez.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Hay dos polos, dos mundos simultáneos que nos enfrentan en dos líneas paralelas.
El anhelo culmina negativo y sin comprender su razón, lo suelto en un río imaginario.

Así, lo ideal se aleja de lo real. La rutina de los planes preparados se hace cenizas y florece la liberación en la utopía de una cumbre desde la que se ve un cielo estrellado. Entre un octubre que anticipa aniversario, las melodías no hacen más que susurrarme injusticias. Sospechas descaradas me llenan de insomnio. Y la incertidumbre se hace presente ante mí para golpearme violentamente la cara y atormentarme de inciertos.
Las asignaturas pendientes titubean en un precipicio mental. Las ganas se agigantan y los abrazos de los seres queridos se tornan el requerimento calórico que a mi cuerpo le hace falta para seguir.
¿Volveré alguna vez? Para andar descalza por tus suelos. Para sentir otra vez el olor fértil de una tierra que vale la pena. Para tomar un mate cocido en esas mañanas de calor abrasador. Para tomar un vino en las noches frías de montaña. Para hablar de azúcar, para filosofar un rato. Para llorar porque si, para simplemente llorar ¿por qué no?
Para inundarme de emociones sin nombre. 

Es como un tren que se va, una oportunidad futura que ya parece añeja.

Vos, un pueblo perdido que encontré de casualidad.
Yo, un ser más de este planeta que se muere por verte.
Se consume la nicotina y sigo sin respuestas.



miércoles, 22 de agosto de 2012

Preciso tiempo,
necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobra o ya no saben
que hacer con él
tiempo
en blanco
en rojo
en verde
hasta en castaño oscuro
no me importa el color
cándido tiempo
que yo no puedo abrir
y cerrar
como una puerta

tiempo para mirar un árbol un farol
para andar por el filo del descanso
para pensar qué bien hoy es invierno
para morir un poco
y nacer enseguida
y para darme cuenta
y para darme cuerda
preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo

tiempo para esconderme
en el canto de un gallo
y para reaparecer
en un relincho
y para estar al día
para estar a la noche
tiempo sin recato y sin reloj

vale decir preciso
o sea necesito
digamos me hace falta
tiempo sin tiempo.

domingo, 12 de agosto de 2012

Seres extraños.

No sé si me habrás visto en alguna reunión.
Soy la que está sentada sola en el sillón. 

No te preocupes cuando te parece verme mal.
Nada más estoy pensando,

que nada más estoy pensando,
cómo cambiar el mundo.

Y cuando duermo boca abajo sueño

que la mente se va a jugar por allá, dejando el cuerpo atrás, no la puede alcanzar.
Cuando me acuesto miro el techo y pienso 
que hay parte de mi que yo no soporto más
pero no importa, el tiempo está para cambiar 
y empezar a dar amor de nuevo.
Y empezar a dar amor y a recibirlo, si estás dispuesto a darlo.
Y empezar a ver mejor qué están buscando esos seres extraños.

Me siento sincera, y tanto que nunca puedo bailar cuando no la está escuchando el corazón. 

Si me ves por la calle seguro que voy cantando,
golpeando las manos, revolviendo el aire, haciendo redoblar el pecho.
Y cuando duermo boca abajo sueño 

que la tierra no está repartida entre los que tienen más poder, 
esto es un ajedrez. 
Cuando me acuesto miro el techo y pienso 
que hay una cosa que yo nunca te conté, 
cuando me quedo sola a veces pienso en vos 
y en empezar a dar amor de nuevo.
Y empezar a dar amor de nuevo ..
Y empezar a dar amor y a recibirlo, si estás dispuesto a darlo.
Y empezar a ver mejor qué están buscando esos seres extraños.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Se fue Julio, con tu nombre.

La gente se equivoca porque cuando tiene un problema siempre trata de comenzar a resolverlo desde el nudo del asunto. Por lo que al beve lapso de intentar ávidamente solucionarlo, nos cansamos por ser demasiado grande el esfuerzo, y lo abandonamos, así sin más. El truco, me dijeron, es empezar por lo más simple. Las cosas más sencillas.

Qué fácil es decir adiós. Qué fácil es darle la vuelta a la página, comprarse una lapicera nueva y empezar a escribir un nuevo capítulo, en una hoja blanca, dejando que la tinta se desenvuelva libremente, quitándose la presión de todas las palabras anteriores. 
No nos dimos ni una charla, menos un abrazo o un beso.
Te fuiste. Sin avisar. Pero dejando un arsenal de excusas.
Te fuiste, como un hombre al trabajo por la mañana o una ama de casa a hacer las compras.
A diferencia de ellos.. nunca más volviste.
Y yo sé que el tornillo ya está demasiado ajustado y que imposible es  que la tuerca se desafloje.
Ahora sos un capullo rodeado de otros pétalos, florecés en otra primavera. Lejos de mi jardín

y nuestra amistad se marchita cada día un poquito más.
Y vos estás cada día más linda, más radiante 

y yo te veo casi intocable, como perteneciente a otra estratósfera.
La indiferencia es lo único que hay entre nosotras. Que como un cuchillo, hace que sangre el corazón- ése que no late, hecho de un material invisible a los ojos. Ni siquiera una mirada quedó. El tarro se vació por completo. Sólo aire hay en su interior. Pero es un aire tan potente que me asfixia.

Antes de darnos cuenta que extrañamos a alguien.
Lo odiamos simplemente porque se fue.
Te quiero por los años que se fueron

(pero te detesto por la hipocresía)

Un paisaje que construye tanto, que dice tanto de vos.

-Un paisaje que construye hacia arriba,
que dice tanto de vos.
Un paisaje que quema,
hasta que ardan las llamas.
Todo empezó ahí,

en ese valle.
Y hoy a casi un año,
todavía no terminó.-

viernes, 3 de agosto de 2012

Tendida boca arriba, me recorría con sus vértices el miedo.
Me arropaba, me daba vértigo, refugio, y después me abandonaba.
Miedo al tiempo, 

a lo efímero, 
a la mortalidad, 
a la ausencia.

Miedo al día a día.

sábado, 28 de julio de 2012

Su boca decía algo, pero su mirada, otra.
De sus ojos emanaba un aire que enturbiaba todo el ambiente.
Se buscaba en cada recoveco y se perdía en cada esquina. Luego s
e reencontraba en su soledad. 
Sus abrazos eran de aire y se esfumaban cada vez que se iba lejos de mí.
Mis sobrenaturales esfuerzos tenían el único fin de entenderla.
Un buen día me sentí de lleno en el corazón del asunto: su egoísmo alcanzaba tal punto que le entorpecía la existencia.
No podía formular preguntas que no la incluyeran en la respuesta. Era incapaz de abrir sus oídos y escuchar desinteresadamente. Caminó kilómetros y kilómetros sobre un arsenal inmenso de mentiras. Se autoenagañaba y creía que también lo lograba con los demás.
Reprimía a la bestia que trataba ávidamente de aflorar por entre su ser. 

Y aunque suponía que la escondía con habilidad, toda la gente se daba cuenta del oscuro secreto. Pues su intensa pestilencia alborotaba la tranquilidad.

Arrojar las máscaras al vacío sería una buena idea.

miércoles, 25 de julio de 2012

Hay libertades que atan y nudos que liberan.


¿Cómo te sentís? Catártica

Cuando uno piensa en lo que hizo, en lo que no
en lo que tiene, en lo que no
en lo que quiere, en lo que no
en las metas, en los objetivos cumplidos, en los intentos dados,
en los aciertos, en los equívocos, 
en el tiempo que está, en el tiempo que se fue, en el tiempo que vendrá
en la música, en el amor, en las personas
en las huellas, en las marcas indelebles de la piel
en los viajes, en el camino recorrido, en las rutas por recorrer
en la fantasía, en lo abstracto, en lo que siente, en la intuición
en las señales, en el destino
en la paz, en la tranquilidad
en las lágrimas derramadas, en las sonrisas liberadas
en lo que es, en lo que le gustaría ser y en lo que no es.
Uno piensa en la vida.

Su vida.

domingo, 22 de julio de 2012

La mente se libera en cualquier parque de la ciudad, a cada bocanada de viento fresca que se infiltra en mi boca matutina todavía vestigiosa de dentífrico.
Menos es más. Y mejor que de esta miel falte y no que sobre..
Son los pájaros que cantan que la pureza está en los detalles, que en ellos reside la verdad. Escondida en lo simple, en lo cotidiano, en el rincón: a la vuelta de la esquina. Así fue que de crudo a cocido se cocinaron las palabras en esta salvaje cacería. Un día sangre, otro día azúcar. Un día portugués, otro día brasileño.
Todo se vale en esta rueda que nunca para de girar.

viernes, 20 de julio de 2012

La misma imagen repetidamente: yo hecha metáfora me convierto en una habitación.
La habitación soy yo. Yo soy la habitación.
En ella, nada se ve. Todo está oscuro. No hay luz ni ranura alguna por la que se filtre un mínimo rayo de sol.
Pero, de repente, irrumpe en la oscuridad más profunda alguien con su encendedor.
Su llama, logra iluminar 
apenas un pedazo de esa habitación; no toda.. 
Ahora, con esa pequeña llama se ve algo.
Y como ese algo es lo único que vemos, lo confundimos con el todo.
Estamos convencidos; y por eso creamos convicciones y nos aferramos a ellas: nos mentalizamos de que conocemos toda la habitación.
La nada y el todo. El todo y la nada.

Me pregunto si yo, que soy esa habitación me conozco entera. O si, por lo contrario, creo que me conozco toda, cuando en realidad lo único que recorrí es una parte del todo.
Yo creo que nunca se termina de conocer a una persona. Ni siquiera a uno mismo.

Cuánto deseo volver a mi eje..
Cuánto deseo encontrarme, aunque odie perderme.
Porque lo lindo de perderse es justamente eso: encontrarse..

Cuántas veces hablo del tiempo..

Aquí, me reporto desde lo más abstracto de mi mundo, con las ganas en ebullición de escribir, con la mente ahora calma, con la espalda dolida, con el corazón hecho pedazos, con mis ojos acuosos, con mi boca que aún trata con café de quitarse aquellas santas cucharadas de la abuela malévola.
Se torna difícil discernir cuando no hay ninguna luz: la claridad se esfuma y pasa a ser una ficción.
Al menos, queda una llama, una especie de ángel que alumbra el camino, ofuscado y estorbado no más que por uno mismo.
Primero una, después la otra y como si no fuese suficiente una tercera, y luego una cuarta (y hago un freno porque así lo desea mi voluntad, no porque carezca de argumento) Cuando las personas se alejan reiteradamente de uno, vez tras otra, es el momento de asumir que el problema está en uno, no en los demás. Sin embargo, reconocer ésto no es lo dificultoso del asunto.. lo complejo es hallar la salida que nos lleve a buen puerto: hablar. Es muy sencillo desterrar un problema y catalogarlo como resuelto, simplemente haciéndolo a un lado, 
e ignorándolo con indiferencia.
Gran problema del siglo XXI es la comunicación. En una era en la que parece que todo avanza, mejora, progresa; menos la charla, el diálogo, las palabras, que a la inversa, lejos de asimilar y adoptar formas más sanas, honestas y fluidas; se retrae y atrasa de la tecnología que todo lo puede. Toma distancia de todo y no prospera.
¿Por qué es tan complicado comunicarnos entre nosotros? Callar es siempre lo más fácil, no presupone esfuerzo alguno. ¿Qué pasa que nos damos mutuo miedo, que no podemos decirnos las cosas sin que adquieran un carácter agresivo, violento, turbante? ¿Dónde quedó la crítica constructiva? Acá estoy yo, soy un ser humano de piel y hueso que necesita expresarse. Manifestar lo que siente.
Si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro. Y no hay peor forma de morir. El árbol muere, sus hojas mueren, el tronco muere, pero la raíz no muere. Hay un mal que aqueja a esa planta de ramas enredadizas que es el hombre, el egoísmo. He aquí de donde surgen y provienen la mayor parte de sus fallos. La obstinación genera individualismo, lo alimenta, lo acrecienta hasta que se torna una enorme bola de nieve que, cuando nos dimos cuenta, va rodando colina abajo, arrasando con cualquiera que se interponga en su camino. 
Yo fui ese árbol. Soy ese árbol torcido.
Pero ahora quiero limpiar de mi savia lo impío de ese mal.
No quiero alejarme del bosque, ni que el bosque se aleje de mí.
Quiero cambiar y que el bosque cambie conmigo.
Que no me talen de mi lugar.
Que me perdonen si ocupo con mi copa de hojas más lugar que el debido.
Dicen que nunca es tarde para volver a empezar. 

miércoles, 18 de julio de 2012

¿Dónde está el tiempo? ¿Por qué el vacío pesa tanto, si se supone que es leve en su esencia? ¿Acaso la nada es algo? ¿Quién define un sentimiento? ¿Quién juzga el carácter del obrar de un ser humano? ¿Dónde está, si es que está, el bien supremo? ¿Por qué la soledad es mala, si no es más que el contacto con uno mismo? ¿Uno mismo puede perderse en uno mismo? ¿Cómo reconocemos cuando nos volvemos a encontrar dentro de nosotros? ¿Eso quiere decir que vez alguna estuvimos encontrados? ¿Será que somos la suma de pasadizos en un laberinto? ¿Nos lleva hacia algún lugar ese laberinto? ¿O es, sin más, una forzosa forma de recorrernos que no necesariamente nos conduce a un puerto final? ¿Y si existe ese puerto final, es la muerte? ¿Entonces es ahí donde se termina todo? ¿Es ahí donde empieza todo.. de nuevo? ¿Pero al fin y al cabo la vida es redonda por ser cíclica e infinita? ¿Hay principio? ¿Hay final? ¿O en su defecto, es todo llano, todo lo mismo, todo igual, y sólo son percepciones?
Debe ser un sueño.

domingo, 15 de julio de 2012

Quedándote o yéndote.

La calle Llupes raya al medio
encuentra Belvedere,
el tren saluda desde abajo
con silbos de tristeza
aquellas filas infinitas
saliendo de Central,
el empedrado está tapado..
pero allí está.

La primavera en aquel barrio
se llama soledad,
se llama gritos de ternura,
pidiendo para entrar
y en el apuro está lloviendo,
ya no se apretarán
mis lágrimas en tus bolsillos
cambiaste de sacón.

Un día nos encontraremos
en otro carnaval,
tendremos suerte si aprendemos
que no hay ningún rincón,
que no hay ningún atracadero
que pueda disolver
en su escondite lo que fuimos.
El tiempo está después.
¿Para qué necesito tanta gente si no te tengo haciéndome cosquillas en la panza? 
Me faltan tus manos dibujando el contorno de mis rasgos, los besos dulces de tus labios salados,
tu mirada fulminante, tu mano rozando la mía y apretándola con fuerza,
las tardes de incontables pasos azarosos luchando contra el frío.
Tu cuerpo en mi cuerpo, tu saliva en mi sangre, la fusión de nuestros deseos pulverizados en una promesa incumplida. Te fuiste, y hasta ahora no sabía el verdadero significado del verbo extrañar.

viernes, 15 de junio de 2012

Desde la altura, todo se ve mejor.
Es como si el vértigo desapareciese a mayor distancia. ¿Vértigo de qué? De la gente y sus relojes, de nada en particular, pero de todo a la vez. Siempre quise ponerle pausa a la película de mi vida, por eso, hace tiempo admiro a la gente que tiene esa capacidad. Vivo corriendo de sombras que ni siquiera me persiguen. Miro hacia atrás y vislumbro sobre mis hombros la aguja exacta del minutero. Trato de escaparle, pero sin éxito, aunque a consciencia. Entonces me detengo, creyendo enderezar el tronco torcido de mi árbol y súbitamente tambaleo de nuevo. Otra vez todas las decisiones que tomé se vuelcan sobre la alfombra de la cuestionabilidad y todo se vuelve dudoso, inconsistente, volátil. Víctima de la ambigüedad, reanudo mi rumbo, aunque no tan segura de mis pasos. La calle se vacía poco a poco, al menos la gente no me molesta, es ahora la ciudad misma la que me molesta. Ella, y todas sus estructuras; su falta de verde, su ruido de máquinas incesantemente en marcha. Desde algún edificio me saca la lengua y se prepara y, finalmente me devora. Me apresa con ahínco y tenacidad- No consigo salir de sus entrañas, a pesar de mi persistencia, por el contrario me siento cada vez más dentro suyo y el regreso es cada vez más lejano.

lunes, 4 de junio de 2012

Junio. Mes número 6.
Si consideramos que un año tiene 12 meses, estamos técnicamente en la mitad.

Al final, era cierta la frase que dice que después de los 15 la vida se te vuela..
¡Mierda, la vida se está pasando muy rápido!

sábado, 2 de junio de 2012

Desde chiquita supe bien quién era y cómo se llamaba, aunque nunca me sentí perteneciente a su mundo.. Me dio siempre la impresión de que eramos incompatibles; que ella era sólo para algunos pocos y selectos hombres que tuvieran un don en sus manos. No para mí.
Pero desde que me la presentaron, irrumpió entre nosotras una especie de química especial. Y hace varios meses ya, que nos estamos conociendo. Que nos quedamos a solas en la habitación en completa oscuridad a no ser por las cuatro o cinco llamitas de vela que le dan luz a las melodías que fusionamos.
Un poquito más, día tras día, congenio mis dedos que se amoldan a su cintura brillante, recorren sus curvas exuberantes con el reiterativo miedo de quebrarla.
Me enseñaron a acariciarla, a tocarla. Tácticas que ni imaginaba y técnicas que requieren que no arañe como una fiera cada una de sus cuerdas. Hoy puedo entender lo maravilloso que puede ser el primer instrumento.
Para mi gran amor: mi guitarra.

jueves, 31 de mayo de 2012

La N de mi brújula.

Me hago un poco más inmortal, pero a la vez también un poco más humana con cada beso tuyo.
Cada hora que pasamos juntos, abre sus alas para volarsenos del reloj. Y cuando se nos hace añeja, la extrañamos y nos lamentamos porque si estamos solos los minutos y los segundos se estancan en la eternidad.
Nos prestamos caricias y asumimos recíprocos intereses dotados de amor.
Cualquier imagen a tu lado es digna de memorar. Un dique y el reflejo de la luna, que le dan luz a nuestras caras; las mismas caras que se ensañan en mantener sus miradas eclípticas; las mismas caras que tienen una boca capaz de construir palabras inútiles que sobran si tengo tu tacto sobre mí. Siento nacer el deseo, cómo crece en mis adentros, 
manifestándose hacia el afuera con mis manos que te agarran del cuello y exploran cada partecita de tu cuerpo. Te hago espirales en las orejas, cosquillas en la espalda y te pellizco la cadera; y ahí es cuando te miro y me río perspicaz, con esa sonrisa inocente que tanto te gusta.. Y después me pongo seria y pienso en que esos injustos centímetros que me robás alcanzan para que me deleite como una reina en estado de éxtasis con la imponencia de tu perfume.
Vamos lento, suave, despacio.. Mientras tanto el sol y las nubes comparten en el cielo sus exóticos paisajes. Un poco de amarillo, una pizca de rosa y mucho celeste para esa tarde en la que descubrí la paz que me das, lo distintos que somos en la intimidad y que detrás de cada hielo se esconde un fuego listo para incendiar corazones. 

¿Son los síntomas del cólera, los mismos que del amor?

domingo, 27 de mayo de 2012

Lo que nunca te dije, hasta hoy.

Que las palabras sean siempre el misil de la solución.
Que comprendo que el equilibrio depende de ésta genealogía. 

Que te quiero. Que no hay peor error que idealizar.
Que sos real y que de todo lo real sos mi elegida.
Porque de los éxtasis de tristeza, de los de cólera, de los de amor, del caos, se saca la más fructífera virtud.
Usar de premisa la reflexión, dejar de lado la intransigencia, aturdir al planeta con gritos del más poderoso afán. Pedir abrazos, aunque no sea lo estipulado. Amar y ponerlo en palabras. Ser feliz y ponerlo en acciones. Porque, al fin y al cabo, se es lo que se ve. Prohibido encerrarse en cualquier mundo.
Así quiero estar, caminando por cualquier lado y, encontrarme a la vuelta de la esquina a la dicha y a la dignidad.


Se ha instaurado una ilusa ilusión.

Dormir: necesidad básica del hombre, a través de la cual se reponen las energías. Hay ciertas personas que duermen en exceso, haciendo uso y abuso de esta condición. Otras, infortuniosamente, por voluntad propia o no, duermen poco ya sea porque se ven imposibilitadas por los horarios, obligaciones o porque simplemente no les apetece y no se les da la gana.
Sin embargo, hay una tercer forma de dormir: para escapar. Refugiándose en los sueños que acontecen ciertas veces olvidados, o turbándose en las pesadillas.

Me acosté con la esperanza de que el tiempo me tuviera clemencia. Que la mente me sea por una vez en la historia, indulgente. Para redimirme del llanto continuo, que se manifiesta entrecortado. Se esconde como jugando a las escondidas y grita pica cuando menos me lo espero. Todos mis sentimientos están por lo aires entre estas cuatro paredes. La habitación, llena de pestilente angustia, me evoca la coacción que atestigüé. Y hoy, hoy todo sigue como si nada, los tres parecen haber olvidado semejante bochorno moral; el máximo exponente del exabrupto. No olvido la vehemencia de sus caras, la locura en el fuego de sus pupilas, las manos utilizadas para hacer el mal, como la lengua cuando se mueve y nos hace hablar sin pensar.
"Consecuencia", término que la mayoría de las veces presagia cosas nada buenas. No puedo actuar distinto, me impongo reticente a fingir, a seguir con la magnífica farsa que tiene como escenario la vida cotidiana. Me niego a ser parte de este show enfermizo. Este show de porquería. Este show de mierda.
Mírense, allá abajo pretendiendo no ser dueños de una memoria que nos atormenta por las noches en silencio. Girando la cabeza, escondiéndola en la cueva, como tortugas cobardes que se refugian en su caparazón. Oprobiosos seres, eso somos.. y lo peor es que somos los creadores de nuestro propio oprobio.

sábado, 26 de mayo de 2012

Quebrarse.

Hay un punto, un instante diminuto, en el que la vida muestra su otra faceta.
La violencia te perturba la existencia y nada ya volverá a ser como antes.
Aguantar, respirar hondo y sofocar los gritos en nuestro interior trae consecuencias inmesurables. El apocalipsis intermitente de ese lugar, estalla y genera fuegos cada vez más indomables. Todo se vuelve oscuro, y no hay velas y no hay aromas que apacigüen la hoguera de la bronca. Asumo adolorida la tajada que me corresponde, no puedo hacerlo público y me consumo dentro de mi propio cuerpo. Mi espalda se encorva con el peso de los ladrillos de esta casa. La fuga se convierte en la luz del final del túnel, se hace presente ante mi como único desenlace posible. Me maldigo por la desdicha, por a veces no tener el valor de hacer uso de la palabra, por ser cobarde y agachar la mirada, porque prefiero esconder mis ojos a hacerle frente a tus acosos mudos.
Las imágenes reproducidas en secuencias que asedian mi sanidad, son hoy mis compañeras peores; y sé que nunca voy a olvidarme del temblor que me invadió, de la desesperación agraviosa y de mi silueta desprolija agonizando sobre la mesa. La misma mesa de siempre, esa con la pata derecha rota; víctima de cada escupitajo de palabras, testigo de reiterados guisos de insultos y mártir de la guerra entre hombres y mujeres antagónicos.
Se inauguró un estigma insoslayable que lastima e inquieta a cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día que pasa. Ya empecé a ser otra distinta de lo que fui.
Disturbian mi cordura y me llenan de algazara.
http://www.youtube.com/watch?v=nYzs67N7q7c
Érase una vez una melodía de mujer, que buscaba con ahínco alcanzar los albores de los cambios de una humanidad demasiado cautiva del estaticismo. Por las noches, sollozaba en las penumbras de su guarida mientras enrollaba su tabaco y gemía en silencio. Trataba de pintar sobre un papel el mundo que soñaba, perpetuando en su creatividad lo que no podía a su alrededor. Estaba llena de canciones por cantar, repleta de bocetos a plasmar..
Desde el comienzo supo muy bien que se enfrentaba a una maraña inagotable de seres oscuros, pero, lejos de la aquiescencia, intentó insaciable propagar su idiosincrasia.
Fue cambiando con el tiempo: cuando las verdes hojas se transformaban en amarillas por el cambio de estación, ella también lo hacía. Trataba con fervor adaptarse al paisaje y a sus circunstancias, siempre con la esperanza de que algún día todo cambiaría. Convencida de ello, se alimentó de lectura universal, latinoamericana y nacional, lista para desplegar con afán sus armas cuando más lo necesitara. Inútiles sus planes, no tanto como su desasosiego, se derrumbaron por un soplo de avaricia. Y concluyó siendo un lacayo más de esta confabulación que algunos llaman sociedad.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Volver.

Dejé de usar este espacio cibernético.
Quedé relegada del blog por un tiempo y no me importó.
Consideré como algo natural el hecho de que, al abrir una nueva etapa en mi vida, lo que me remitía al pasado lo descartaba; más por este motivo que por la indeseable lectura de ciertos seres.
Por suerte, pude apreciar la clarividencia en un relámpago de hermandad, que me indujo a darme cuenta de que estaba parada a la otra orilla de lo correcto. El concentrar en un cuaderno todas mis vivencias esbozadas en un abanico temático extremadamente acotado por no decir único (él) es un hecho insalubre. Como algo inevitable e ineludible sobreviene que mi mente ocupe todo su tiempo pensando justamente en ese tema monótono por excelencia. Y si existen las religiones, apuesto de manera ortodoxa a que siempre la costumbre va a matar al placer.
Algo similar a un diario íntimo, precisamente por no ser público y ser sólo mío, me engañó al creer que me proveería la privacidad que tanto anhelaba y que, sentía, últimamente no tenía acá. 

Aboqué todas mis energías alrededor de un eje central que lejos de darme la libertad que ansiaba, me condujo a una omnipresencia un tanto tétrica y enferma.
Si hablo de mi vida, son muchas las personas que me inspiran. No sólo una. Ése fue mi error.
Supongo que ahora que sé que todo sigue como antes, puedo volver a hacer uso de ésto. 

Parece tonto, pero a veces las cosas más ínfimas cargan un escondido peso y significado en sus entrañas. Y, si empezamos a revertir las pequeñas cosas que no nos hacen bien, el primer paso ya está dado. Así, los motores se ponen en marcha, y lo que antes parecía lejano, se acerca un milímetro para pronto estar al alcance de nuestras manos.

jueves, 19 de abril de 2012

Fuera del creo está el "te quiero"

Creo que tu nerviosismo y el mío reflejan lo que no podemos ver a simple vista.
Creo que afortunadamente todavía conservamos la chispa del fuego que se encendió el pasado diciembre.
Creo que quiero robarme toda tu atención a cualquier hora del día.
Creo que estoy loca cuando me parece escuchar tu voz y no estás cerca.
Creo que nunca voy a lograr vencer la omnipotencia de tu mirada.
Creo que tus ojos son la octava maravilla.
Creo que mi amor tiene sus fronteras más lejos de lo que yo creía. 
Creo que hoy sos todo lo que me hace falta en el mundo.

Creo que estoy enamorada.

lunes, 16 de abril de 2012

Duelen las manos de tanto tirar de la soga.

Considero uno de los valores más preciosos poder dar la cara e ir de frente, aunque quizás sea cruda y vaya sin tapujos.. pero es parte de mi idiosincrasia. Y no quiero decir que por eso no me encuentre dentro del marco de lo sutil, pero hay decisiones en las que el hombre debe hacerle honor a su naturaleza y así, sin más, imponerse. No a la fuerza, si dejando en claro qué es lo que se quiere. Las vueltas mejor dejarlas para la calesita. El tiempo es valioso y hay que tratar de salvarlo siempre que sea posible. No sirve de nada postergar la verdad. No sirve de nada mentirse a uno mismo porque inherentemente esto lleva, a la larga o a la corta, a mentirle a los demás.

A veces me siento la médula espinal de mi grupo, la que se lleva consigo la gloria pero también la que cultiva la peor de las furias. Capaz de desatar tempestades en una centésima de segundo, como capaz de cosechar el más primaveral de los amores. Y no es de narcisista ni de mujer ego, es simplemente una sensación. Las sensaciones tienen márgenes enormes de error, y yo no estoy exenta de ellos. Cuando juego claro y sin trampas, con todas las cartas sobre la mesa, me va mal. Aunque me queda el consuelo de que al menos, tengo las manos limpias.
Soy impulsiva, no medito mis palabras antes de hablar y probablemente sea eso lo que me juegue en contra. Prefiero mostrarme tal cual y como soy para que al que le guste bien y al que no, que sepa de movida a quién tiene en frente. Pero si hay algo que no entiendo es cuál es la necesidad de guardar y archivar cual biblioteca los sentimientos propios, en vez de manifestárselos al ser involucrado en cuestión. La mayoría de las veces quedan pegados terceros a esta fotocopia de la vida. Gente que si bien no son innecesarios porque los consejos no se sacan de la galera, así como tampoco las opiniones; pero gente que queda más adentro del tema que uno mismo.. Será por esto que detesto tener que ir por la vida con mi anzuelo, pescando los sentimientos de la gente. Gente a la que hay que estarle encima para que abran su boca y digan qué es lo que se les pasa por la mente.
Aprendí que discutir no es sinónimo de problema, pero que si ésto no se armoniza a tiempo puede desembocar en un caos. Lástima que no comparta dicha concepción con demasiados.
Delito no es cambiar de parecer, delito no es hablar las cosas como personas se supone están próximas a la adultez.

Ellas no me entienden, me tildan con adjetivos que no justifico. No me oyen, sólo me escuchan en el sentido literal sin llegar a tocar la profundidad de lo que les digo. Lejos estoy de ser víctima, así como tampoco acepto los cargos de victimario. Pero cerca estoy de ser una persona, tengo derecho a elegir mi ruta de camino y con quién quiero compartirlo. Un viaje no es el fin de nada, es el principio de todo. Y como ya dije volvería a hacerlo una y otra vez, no por testaruda, sí por madura. Hacer lo que quiero, diferir de la corriente, quiero decir que soy capaz de ponerle un límite a lo que los otros quieren para mi, y me alegra poder decir que así sea.
La gente cambia y es inútil seguir tirando sola de la soga, al fin y al cabo, no se puede estar bien con Dios y con el diablo.
"Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras.
Cuida tus palabras porque se volverán actos.
Cuida tus actos porque se harán costumbre.
Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter.
Cuida tu carácter porque formará tu destino.
Y tu destino.. será tu vida."


Mahatma Ghandi

domingo, 1 de abril de 2012

Historias de bondi.

Era uno de esos días de agotamiento y sudor prolongado durante muchas horas. Espeso y grasiento sudor suspendido desde muy tempranas horas.
Era una de esas tardes en las que se vuelve ansioso el llegar a casa luego de una larga jornada aunque agradable, apacible y productiva.
Así subí al colectivo, rogando toparme con un asiento vacío en el cual pudiera sentarme. El viaje, como todos los que suelo hacer, era de un poco más de media hora por reloj. Pero lo que más me irritaba era el tedioso tránsito que se caracteriza por permitirle al transporte avanzar un promedio de 3 cuadras por minuto. Aún así, entre tanto congestionamiento vehicular, quedaban algunos lugares vacíos (aunque no muchos) para que yo pudiera descansar la dolida médula espinal que gemía silenciosa con el agravante de haber sufrido apenas horas antes un tremendo golpe, consecuencia de la caída de una escalera.

Se sentó a un par de metros de la puerta de subida. Ojeó a su alrededor como de costumbre, por inercia, a las personas que tenía próximas a ella. Hizo un ploteo general con su mirada, acompañado de un sutil movimiento con su cabeza y así se topó con una mujer de no más de 28 años de edad, cuyo enrulado pelo corto y castaño claro parecía casi rubio por los rayos del sol que penetraban por la ventanilla. Sus ojos grandes, enormes, tan azules como un zafiro de esos que se venden a precios carísimos en las joyerías; se esforzaban inútilmente en contener las lágrimas que le salían con un flujo impresionante ¡Era tan bonita! Y sin embargo, allí estaba ella, envuelta en un llanto de tristeza, que emanaba el dolor del más puro y profundo carácter, que estaba muy lejos de ser bronca, odio o algún otro sentimiento por el estilo.

Quise ayudarla, pero no supe cómo. Es más, creo que cuanto más trataba de evitar que mi vista recaiga en su figura para que no se sintiera observada, peor era.. porque inexplicablemente mi indomable y rebelde mirada  terminaba siempre lanzándole un vistazo.
Quería decirle que no merecía la pena que llorasen unos ojos tan hermosos, que eso era casi un pecado.. pero, no obstante, me contuve. Tuve miedo de herirla aún más o que ahora adjuntara gritos a su húmedo concierto de lágrimas. Así que cuando advertí que no portaba pañuelitos descartables, súbitamente encontré una excusa para acercármele. Saqué unas servilletas del bolsillo de la mochila y, esbozando mi más complaciente sonrisa, extendí la mano para entregárselas.
Me devolvió el gesto con un "gracias" realmente agradecido pero tembloroso, y otra sonrisa casi tan linda como sus ojos. Me dio la mágica impresión de que en ese momento se sintió menos sola, extrañamente acompañada. 
Pasaron los minutos y sacó de su mochila un cuaderno y una lapicera. Supuse que iba a escribir algo a modo de desahogo. Muchas personas recurrimos a este método para alivianarnos un poco el peso que llevamos dentro, especialmente cuando las cosas no andan del todo bien. No pude ver si efectivamente estaba escribiendo, pero tampoco me interesó demasiado entrometerme. No quería volver a intimidarla, así que sólo dejé que hiciera lo que quiesiese y entonces me costó un poco menos evitar su examinación.
Ya casi estaba llegando a casa, cuando el silencio del colectivo se rompió con el
 brusco arranque de la hoja de su cuaderno. Instantáneamente me la entregó, me reiteró su agradecimiento y volvimos a hacer un trueque de sinceras sonrisas que pueden llegar a hacerlo llorar a uno de emoción, si es que se encuentra un poco sensible. 
Se bajó del colectivo con cierta prisa, aunque no apurada. 
Perpleja, me quedé observando lo que yo suponía un escrito. Pero para mi sorpresa, era un dibujo.
Un dibujo que siempre que vea, va a estar cargado de historia. Que no importa cómo, siempre me va a transportar hacia aquella tarde de marzo, en la que el agotamiento físico se hizo más leve y tolerable con la reconfortación que da haberle arrancado un trocito de alegría, por más mínimo que sea, a esa mujer de corazón tibio y ofuscado.

Las flores que se esconden,
las hojas crujientes y amarillas que vuelan por la vida.
El chocolate con leche, el blanco y el amargo,
acompañan al frío que todavía se hace esperar.

Los parques que son testigos de los amantes,
así como las bufandas que expropian fragancias ajenas;
absolutamente todo a nuestro alrededor
se conspira para que no tengamos nunca más soledad.

martes, 27 de marzo de 2012

Este año es así, te digo que es para bailarlo bien.

Le regalo al viento una sonrisy él me devuelve una ráfaga de alegría.
En un revés de mañanas en la terraza en busca del tibio febo,
las horas se escurren fugitiva de clases,
con personas tan únicas como el café caliente que me preparo cada día.
Si el mundo escasea de endorfinas,

asumo que probablemente sea culpa mía.

domingo, 25 de marzo de 2012

Elementos fundamentales entre vos y yo.

Entre vos y yo, hay una imponente fragancia compuesta por la fusión de nuestros perfumes; que se entremezclan en la cama. Hay también besos navegando por mi frente. El toque de queda de tus manos sobre mi vientre. Para ser sincera, siempre supe del idilio que tuviste por mi abdomen y nunca te celé por ello.
Durante la oscuridad, las yemas húmedas de los dedos que se buscan entre sí, se palpan como desconocidas.
Existe una repetida torpeza que vislumbra tu amor, te chocás con el árbol de mi cuerpo y me recitás, por fin, gemidos de placer. Justo ahí cuando las palabras faltan y sobran al mismo tiempo. 
Nos acurrucamos en forma de caracol e intercalando inhalación y exhalación, siento así tu respiración en mi oído dándome calor. Luego nos movemos juntos, nos trasladamos de colchón en colchón. Y llegada el alba tardía, nos despertamos de nuestro sueño interino y nuestras mutuas caras no son más que lo que somos: lo primero que vemos en el día. El primer hombre y la primer mujer de nuestras vidas.
Y vuelvo a sentir tu mano jugando con la mía y me percato de que no existe nada que se le parezca más a la perfección..

sábado, 24 de marzo de 2012

Todo está guardado en la memoria.

Considero genocida quien adula a los traidores
y regala sin pudores el perdón y la amnistía.
Considero dictadura la gestión del gobernante
que dispara contra el arte y acribilla así la cultura.

Considero extraordinaro el arrojo del soldado
que ofreció toda su ayuda para liberar a Cuba.
Considero terrorista la actitud imperialista
de intentar con sus falacias expandir su idiosincrasia.

Considero que si derogamos la marginación,
se podría mis hermanos conseguir la comunión.
Pero sería de ingenuos esperar que del poder
surja el acto benefacto de seder algo de miel..

Considero ignorante a quien no ve la realidad,
y quien calla cuando sabe considero un criminal.
Que ignorara que el artista que se inspira en tu figura
es más ruin que el periodista que explota su investidura.

Considero muy loable cortar calles por el hambre
y el que no lo considera tiene llena su heladera.
Considero un disparate camuflar un atentado.
Considero una masacre 30/12/04.

Considero que el clientelismo y la esclavización,
el contraste entre las clases, la burocracia y el patrón,
las mentiras en los medios, la guerra y la represión:
son miserias de un sistema que congela el corazón.