tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

jueves, 31 de mayo de 2012

La N de mi brújula.

Me hago un poco más inmortal, pero a la vez también un poco más humana con cada beso tuyo.
Cada hora que pasamos juntos, abre sus alas para volarsenos del reloj. Y cuando se nos hace añeja, la extrañamos y nos lamentamos porque si estamos solos los minutos y los segundos se estancan en la eternidad.
Nos prestamos caricias y asumimos recíprocos intereses dotados de amor.
Cualquier imagen a tu lado es digna de memorar. Un dique y el reflejo de la luna, que le dan luz a nuestras caras; las mismas caras que se ensañan en mantener sus miradas eclípticas; las mismas caras que tienen una boca capaz de construir palabras inútiles que sobran si tengo tu tacto sobre mí. Siento nacer el deseo, cómo crece en mis adentros, 
manifestándose hacia el afuera con mis manos que te agarran del cuello y exploran cada partecita de tu cuerpo. Te hago espirales en las orejas, cosquillas en la espalda y te pellizco la cadera; y ahí es cuando te miro y me río perspicaz, con esa sonrisa inocente que tanto te gusta.. Y después me pongo seria y pienso en que esos injustos centímetros que me robás alcanzan para que me deleite como una reina en estado de éxtasis con la imponencia de tu perfume.
Vamos lento, suave, despacio.. Mientras tanto el sol y las nubes comparten en el cielo sus exóticos paisajes. Un poco de amarillo, una pizca de rosa y mucho celeste para esa tarde en la que descubrí la paz que me das, lo distintos que somos en la intimidad y que detrás de cada hielo se esconde un fuego listo para incendiar corazones. 

¿Son los síntomas del cólera, los mismos que del amor?

domingo, 27 de mayo de 2012

Lo que nunca te dije, hasta hoy.

Que las palabras sean siempre el misil de la solución.
Que comprendo que el equilibrio depende de ésta genealogía. 

Que te quiero. Que no hay peor error que idealizar.
Que sos real y que de todo lo real sos mi elegida.
Porque de los éxtasis de tristeza, de los de cólera, de los de amor, del caos, se saca la más fructífera virtud.
Usar de premisa la reflexión, dejar de lado la intransigencia, aturdir al planeta con gritos del más poderoso afán. Pedir abrazos, aunque no sea lo estipulado. Amar y ponerlo en palabras. Ser feliz y ponerlo en acciones. Porque, al fin y al cabo, se es lo que se ve. Prohibido encerrarse en cualquier mundo.
Así quiero estar, caminando por cualquier lado y, encontrarme a la vuelta de la esquina a la dicha y a la dignidad.


Se ha instaurado una ilusa ilusión.

Dormir: necesidad básica del hombre, a través de la cual se reponen las energías. Hay ciertas personas que duermen en exceso, haciendo uso y abuso de esta condición. Otras, infortuniosamente, por voluntad propia o no, duermen poco ya sea porque se ven imposibilitadas por los horarios, obligaciones o porque simplemente no les apetece y no se les da la gana.
Sin embargo, hay una tercer forma de dormir: para escapar. Refugiándose en los sueños que acontecen ciertas veces olvidados, o turbándose en las pesadillas.

Me acosté con la esperanza de que el tiempo me tuviera clemencia. Que la mente me sea por una vez en la historia, indulgente. Para redimirme del llanto continuo, que se manifiesta entrecortado. Se esconde como jugando a las escondidas y grita pica cuando menos me lo espero. Todos mis sentimientos están por lo aires entre estas cuatro paredes. La habitación, llena de pestilente angustia, me evoca la coacción que atestigüé. Y hoy, hoy todo sigue como si nada, los tres parecen haber olvidado semejante bochorno moral; el máximo exponente del exabrupto. No olvido la vehemencia de sus caras, la locura en el fuego de sus pupilas, las manos utilizadas para hacer el mal, como la lengua cuando se mueve y nos hace hablar sin pensar.
"Consecuencia", término que la mayoría de las veces presagia cosas nada buenas. No puedo actuar distinto, me impongo reticente a fingir, a seguir con la magnífica farsa que tiene como escenario la vida cotidiana. Me niego a ser parte de este show enfermizo. Este show de porquería. Este show de mierda.
Mírense, allá abajo pretendiendo no ser dueños de una memoria que nos atormenta por las noches en silencio. Girando la cabeza, escondiéndola en la cueva, como tortugas cobardes que se refugian en su caparazón. Oprobiosos seres, eso somos.. y lo peor es que somos los creadores de nuestro propio oprobio.

sábado, 26 de mayo de 2012

Quebrarse.

Hay un punto, un instante diminuto, en el que la vida muestra su otra faceta.
La violencia te perturba la existencia y nada ya volverá a ser como antes.
Aguantar, respirar hondo y sofocar los gritos en nuestro interior trae consecuencias inmesurables. El apocalipsis intermitente de ese lugar, estalla y genera fuegos cada vez más indomables. Todo se vuelve oscuro, y no hay velas y no hay aromas que apacigüen la hoguera de la bronca. Asumo adolorida la tajada que me corresponde, no puedo hacerlo público y me consumo dentro de mi propio cuerpo. Mi espalda se encorva con el peso de los ladrillos de esta casa. La fuga se convierte en la luz del final del túnel, se hace presente ante mi como único desenlace posible. Me maldigo por la desdicha, por a veces no tener el valor de hacer uso de la palabra, por ser cobarde y agachar la mirada, porque prefiero esconder mis ojos a hacerle frente a tus acosos mudos.
Las imágenes reproducidas en secuencias que asedian mi sanidad, son hoy mis compañeras peores; y sé que nunca voy a olvidarme del temblor que me invadió, de la desesperación agraviosa y de mi silueta desprolija agonizando sobre la mesa. La misma mesa de siempre, esa con la pata derecha rota; víctima de cada escupitajo de palabras, testigo de reiterados guisos de insultos y mártir de la guerra entre hombres y mujeres antagónicos.
Se inauguró un estigma insoslayable que lastima e inquieta a cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día que pasa. Ya empecé a ser otra distinta de lo que fui.
Disturbian mi cordura y me llenan de algazara.
http://www.youtube.com/watch?v=nYzs67N7q7c
Érase una vez una melodía de mujer, que buscaba con ahínco alcanzar los albores de los cambios de una humanidad demasiado cautiva del estaticismo. Por las noches, sollozaba en las penumbras de su guarida mientras enrollaba su tabaco y gemía en silencio. Trataba de pintar sobre un papel el mundo que soñaba, perpetuando en su creatividad lo que no podía a su alrededor. Estaba llena de canciones por cantar, repleta de bocetos a plasmar..
Desde el comienzo supo muy bien que se enfrentaba a una maraña inagotable de seres oscuros, pero, lejos de la aquiescencia, intentó insaciable propagar su idiosincrasia.
Fue cambiando con el tiempo: cuando las verdes hojas se transformaban en amarillas por el cambio de estación, ella también lo hacía. Trataba con fervor adaptarse al paisaje y a sus circunstancias, siempre con la esperanza de que algún día todo cambiaría. Convencida de ello, se alimentó de lectura universal, latinoamericana y nacional, lista para desplegar con afán sus armas cuando más lo necesitara. Inútiles sus planes, no tanto como su desasosiego, se derrumbaron por un soplo de avaricia. Y concluyó siendo un lacayo más de esta confabulación que algunos llaman sociedad.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Volver.

Dejé de usar este espacio cibernético.
Quedé relegada del blog por un tiempo y no me importó.
Consideré como algo natural el hecho de que, al abrir una nueva etapa en mi vida, lo que me remitía al pasado lo descartaba; más por este motivo que por la indeseable lectura de ciertos seres.
Por suerte, pude apreciar la clarividencia en un relámpago de hermandad, que me indujo a darme cuenta de que estaba parada a la otra orilla de lo correcto. El concentrar en un cuaderno todas mis vivencias esbozadas en un abanico temático extremadamente acotado por no decir único (él) es un hecho insalubre. Como algo inevitable e ineludible sobreviene que mi mente ocupe todo su tiempo pensando justamente en ese tema monótono por excelencia. Y si existen las religiones, apuesto de manera ortodoxa a que siempre la costumbre va a matar al placer.
Algo similar a un diario íntimo, precisamente por no ser público y ser sólo mío, me engañó al creer que me proveería la privacidad que tanto anhelaba y que, sentía, últimamente no tenía acá. 

Aboqué todas mis energías alrededor de un eje central que lejos de darme la libertad que ansiaba, me condujo a una omnipresencia un tanto tétrica y enferma.
Si hablo de mi vida, son muchas las personas que me inspiran. No sólo una. Ése fue mi error.
Supongo que ahora que sé que todo sigue como antes, puedo volver a hacer uso de ésto. 

Parece tonto, pero a veces las cosas más ínfimas cargan un escondido peso y significado en sus entrañas. Y, si empezamos a revertir las pequeñas cosas que no nos hacen bien, el primer paso ya está dado. Así, los motores se ponen en marcha, y lo que antes parecía lejano, se acerca un milímetro para pronto estar al alcance de nuestras manos.