tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

sábado, 26 de mayo de 2012

Érase una vez una melodía de mujer, que buscaba con ahínco alcanzar los albores de los cambios de una humanidad demasiado cautiva del estaticismo. Por las noches, sollozaba en las penumbras de su guarida mientras enrollaba su tabaco y gemía en silencio. Trataba de pintar sobre un papel el mundo que soñaba, perpetuando en su creatividad lo que no podía a su alrededor. Estaba llena de canciones por cantar, repleta de bocetos a plasmar..
Desde el comienzo supo muy bien que se enfrentaba a una maraña inagotable de seres oscuros, pero, lejos de la aquiescencia, intentó insaciable propagar su idiosincrasia.
Fue cambiando con el tiempo: cuando las verdes hojas se transformaban en amarillas por el cambio de estación, ella también lo hacía. Trataba con fervor adaptarse al paisaje y a sus circunstancias, siempre con la esperanza de que algún día todo cambiaría. Convencida de ello, se alimentó de lectura universal, latinoamericana y nacional, lista para desplegar con afán sus armas cuando más lo necesitara. Inútiles sus planes, no tanto como su desasosiego, se derrumbaron por un soplo de avaricia. Y concluyó siendo un lacayo más de esta confabulación que algunos llaman sociedad.

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