El olor matutino,
el café humeante y espumoso,
el estómago crujiente.
El día gris que se disipa detrás de las cortinas.
La India que se hace escuchar a través de mis parlantes.
La mente serena después de un continuo pero lánguido sueño.
Mi desayuno y mi primer contacto con el día.
Mis primeros afectos, mis primeros contactos con el saber.
Las ganas incipientes de una energía próxima a consumirse
y la guitarra encerada que me induce a lo lejos con sus cuerdas anómalas
Siempre lo mismo,
y, sin embargo
siempre distinto.
Bella forma de escribir la tuya eh? Percibo que andas sumergida en las palabras hace algun tiempo ya...
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