Estimados y estimadas que se encuentran entre tanto caos urbano.
Besos verdes, amarillos y rojos arrojados con el fin único de hacer tiempo en las esquinas a que el semáforo cambie su color.
Enredos fotográficos que presagian collages ansiosos.
Energía volcada positivamente. Liberación de endorfinas y nervios intranquilos.
Una receta para preparar torta de manzana seguida al pie de la letra que alardea un ego culinario.
Las clases que llegan, las vacaciones que se van. La gente nueva, y la gente vieja.
El tiempo que se va agotando en cada recoveco.
Espíritu que se renueva, que muta, que recorre a pata suelta.
Y yo ya me siento un poco más grande.
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