Las bocas del destino hablan y deliran, y yo, mujer que cree en el desatino
ya no me empecino en ir contracorriente
en caminar y en andar , en llorar y patalear.
Se me cae la lágrima del rulo, el celofán se vuela hacia el mar
y no es tristeza salada, no
es felicidad agridulce,
de esa que está entre el ir y venir.
No hay ruidos y no hay magia en el por qué,
hoy ES
entrega y
ES hemorragia de silencios que palpitan en palabras no dichas,
que crecen y desbordan ávidamente las márgenes del río
y se vislumbran en gigantescas omisiones dadas y otorgadas
para surcarlas sin 'peros' y sin remos
En tu afasia interpreté secretos nunca antes revelados, llegué a los confines de tu universo para conquistar verdades nunca antes descubiertas,
fui la primera en saber más de vos que vos de vos.
Y ahora volvemos a ser dos,
dos seres
disímiles y simpáticos
perpetuos y socorros
nos unimos en dos hilos paralelos.
Y sin contacto
hay futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario