tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

domingo, 26 de octubre de 2014

Se regenera con la lluvia y se lava con el sol.
Una causa que conspira en primavera para dar motor a lo estático,
para mover los estantes de su biblioteca,
para desempolvar esos libros llenos de contenidos fastuosos,
 que, sin embargo, se aburren apiñados en el rincón último de la estantería.
Yo lo leo, yo te leo en el libro.
Tu filosofía encarna lo universal. No hay voluntar por encima de tu Yo.
No hay contrato posible entre tus súbditos. La libertad se suprime y queda absorbida por el uno que es el espejo del otro. El uno que es el reverso del otro. Un mismo papel, uno y mil a vez.
Puedo verte a cada imagen, a cada frase,
 puedo ver tu luminosidad pugnando por surgir y resurgir,
 por emerger a la superficie límpida como una flor que se abre por la mañana.
No sé cómo y no sé por qué pero se regenera y se transforma en algo más, en algo superior
Y me pregunto si eso es el progreso.
Progreso es dinamismo, es la fuerza del desorden, que es la fuerza de la multitud, de las pasiones que se empalman con la racionalidad.
La fuerza de la revolución es, a su vez, la paradoja de una contrarrevolución,
es un nuevo concepto que florece en tus ojos que buscan la estabilidad pero lo nuevo sólo puede traerte cambios. Y te sucede la lucha por la hegemonía de tu interpretación, la lucha por la soberanía de la representación de ese concepto que debe ser eso y solo eso.
Quedarte quieto o avanzar,
ir o no ir.
Para mi concluye y para otro, la revolución continúa.
Mi punto final es tan solo la coma de otro.
Quiero imponer mi voluntad, pero también quiero que seas libre.
No quiero ahogarte.
Mejor me domestico a mí misma y ahogo mis contradicciones con crueldad.
Un sorbo de vino y me perdí tinta.

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