tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

lunes, 12 de mayo de 2014

Un cadáver exquisito que se escribe solo,
como su paso por esta vida,
como un monólogo que reitera frases casi sabidas de memoria.
Lo empiezo escribiendo sola,
y le paso la pluma para que la moje en el tintero
para que me ayude a escribir esta historia.
Pero siempre termino divagando sola sobre el papel.
Una y otra vez, tropiezo para después caer
sobre la abrumadora cantidad de palabras
que no dicen más que la definición de un diccionario.
Y luego,
cuando releo el parágrafo que armé,
 no me sorprendo de que sin sus ideas
el texto no tiene inicio lógico ni final esperado.
Es como un escrito inútil y estúpido sobre la condición humana
que no es otra cosa que dar vueltas sobre un mismo eje.
Un escrito no resolutivo y por ende, otra porquería de la civilidad.
Pero tal vez, aunque no estén puestas en palabras,
 las cosas, o más bien, los acontecimientos,
se suceden uno a uno de manera azarosa y aleatoria.
Un hecho no se deduce de sus antecedentes;
y sin conexión,
su vida es delegada,
como las riendas del caballo, al destino.
Al destino que no es otra cosa que un juego,
aunque el juego no carece de reglas como su accionar.
Muchas veces quisiera saber si su andar responde a un fin teleológico
 o si es una forma que simplemente va cambiando su contenido con el paso del tiempo.
Nunca le gustó andar a caballo ni mucho menos ser domesticado,
y a mi nunca me gustó demasiado pasear con los ojos cerrados.

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