Te encontré alta y hermosa,
y a pesar de tu falta de sol,
llena de luz y de poesía.
Te encontré y no dormías,
tu vida nunca se des-encendía.
Te encontré y tus columnas me dieron un místico sostén,
te tropecé y un lugar en donde darle cuerda a mi fantasía hallé.
Te encontré y todavía no sabés mi nombre,
Te encontré y todavía nunca me dirigiste la palabra.
Te encontré y todas mis historias no te importan...
¡¿qué más da si soy una imbécil o perspicaz?!
Te encontré abriendo tus puertas de par en par, sin renegar de cortesía.
Te encontré atiborrada de papeles que aún me intrigan la esencia de tu mirada.
No conozco tu ideología, ni tu materia preferida,
pero sí sé bien de tu rutina.
Vos no tenés familia y mucho menos ascendencia,
no conocés el sentido de la palabra soledad.
Te encontré y me incorporaste de inmediato a la magia tu vida,
y vos ya sos parte de la mía.
Puán
No hay comentarios:
Publicar un comentario