tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

sábado, 22 de junio de 2013

Hoy es sábado pero se siente como si fuese domingo.
Me he preguntado muchas veces ya, qué es lo que tienen los domingos que uno puede reconocerlos con el sólo tacto del dedo índice en la pava a muy tempranas horas de la mañana. O tal vez, sólo con pispear a través de la ventana con el ojo derecho (sin siquiera salir de casa) el caminar lento y despreocupado, informal y sereno, tranquilo y despiadado, hasta inconsciente y pesado de los hombres que circulan por el vecindario emanando aire cálido a pesar del estrepitoso frío del vigésimo invierno que me ha tocado vivir. Por qué será que por los domingos uno se formula una pergamino repleto de planteos existenciales, propiamente catárticos y hasta un poco frívolos tal vez, sabiendo muy bien que no se los plantearía un lunes.
El hombre es racional y por ende sabio. Conoce muy bien las consecuencias de hacerse preguntas complejas un lunes por la madrugada: cargaría pues, por el resto de la larguísima semana con la onerosa cuestión existencial, no dormiría el martes, ni el miércoles, ni el jueves y menos que menos el viernes... no descansaría exento de perturbaciones si no fuese por la consciencia que lo atañe con pecados y culpas que lo persiguen hasta en su lecho crematorio. Por eso ha de hacerse preguntas filosóficas, ha de divagar, y ha de aprovechar los domingos jugosos por la tarde para tender un puente con la Grecia Antigua, lugar al que se transporta y vuela con la imaginación con boleto de ida y vuelta en el mismo día.
El hombre llega allí con su apología escrita en un trozo de papel, un poco arrugado ya de tantos titubeos y dudas.
El hombre se levanta al otro día, satisfecho con la inverbe certeza que inaugura su infeliz semana:
nuestro hombre material ahora sabe que el hombre en general es un ser cobarde, lleno de mentalismos y estrategias que le inhiben su pulsión, sus deseos e instintos animales.
Nuestro hombre, y el hombre en general, es un represor experto.
El hombre es la policía de su propio ser.

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