tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

viernes, 8 de febrero de 2013

Tendida boca arriba, con los ojos sellados, oigo un mantra. Me sumerjo en él, atisbando el aire que hay en mí, que siempre estuvo, pero que ahora corre veloz y oxigena todo mi ser. El aire que entra y el aire que sale, para algún día quizá volver a entrar en mi, "Mente y cuerpo" Vuelvo a pensar en estos dos inherentes elementos, que se vinculan en salud y enfermedad. Concluyo en que todo depende de la mente, concluyo en que todo depende del cuerpo, porque son casi como dos socios anónimos que andan sin nombre ejerciendo toda su fuerza en uno mismo. Es fascinante saber que hay en el mundo miles de almas perdidas en miles de cuerpos, y que aunque habiten un mismo espacio, no obstante esto se busquen, se busquen infinitamente. Y cuando logro perderme por fin en mis profundas cavilaciones, oigo un triángulo que hace ¡rin! Y me invita a estirar cada tensión, cada músculo, cada ligamento, me exige que me concentre en cada uno de mis movimientos. Me invita a mirar con mis otros sentidos, y así, con la visión ya nula, veo que a mi alrededor para cada uno de mis pares no existe nadie más que él. El dolor no es dolor, sino esfuerzo. Un esfuerzo que ahora tiene un fin, y por lo tanto vale la pena ser vivido.
(El yoga es un arte individual)

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