tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

domingo, 16 de diciembre de 2012

Soy una persona que se cansa. No sé si rápido, no sé si lento. Más tarde o más temprano, el punto es que me canso. Y no hay peor cosa que cansarse de uno mismo. Porque cuando me canso de tomar café, lo corto con un poquito de leche. Cuando me canso de un libro, lo cambio por otro. Cuando me canso de ver la tele, la apago. Cuando me canso de una canción, escucho otra.
Siempre me canso.
A lo largo de un día, las interrupciones que hago, casi todas, son por cansancio, aburrimiento. Si no, viviría haciendo monótonamente lo mismo.
Eso no está mal. No está mal siempre y cuando haya algo por lo que cambiarlo.
Entonces, cada vez que me pudro de algo, lo que hago es cambiar.
El cambio.

A veces creo que la primera impresión es mucho más que una primera impresión; algo así como la impresión que va a marcar lo que sos por el resto de tu vida.
La gente juzga muchas veces y se queda con lo que alguna vez fuimos, lo que primeramente conocieron de nosotros. Con un pedazo del todo. Un mínimo.
Fácil: conocés a alguien al que le gusta el pop, dos meses después se compra un CD de Rata Blanca, y es un careta. Un falso. No es auténtico. Eso es porque lo conocíamos y le gustaba el pop. A partir de que conocemos a alguien o algo, pareciera ser que las posibilidades de mutar se vuelven nulas.
Las personas no son. Las personas eran.

A veces quisiera armar un esquema con lo que me gustaría ser, ir poniendo y sacando cosas dentro mío, como si fuera un personaje de los Sims. Me desestabilizan los oídos las palabras de los demás que he llegado al punto de quererme sorda. Necia. Pero no.
Ahora mismo estoy cambiando una relación por la vuelta a un ámbito que no me interesa. Que pareciera que, sin embargo termino por acoplarme a él. Sólo para pertenecer a algo. Y no quedar en la nada, flotando.
Esas son las cosas que me desconciertan de mi misma. Cosas que no me gustan y que quisiera cambiar por otras, de las que no esté tan cansada. Y no puedo. Y me frustra.
Odio los momentos en los que se me moja el papel con las respuestas que tanto me costaron elaborar. Porque se les corre la tinta, se borronean ante mis ojos y las tengo que volver a armar. Pero para armar primero hay que encontrar...
Búsqueda, no queda otra. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario