
En la casa de las palabras había una mesa de los colores. En grandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servía del color que le hacía falta: amarillo limón o amarillo sol, azul de mar o de humo, rojo lacre, rojo sangre, rojo vino..
Un blog, mi blog. El punto en el que, principalmente, descargo mi catarsis del mundo globalizado, ese que nunca para.. Por eso, cuando entro acá, encuentro la manera de desconectarme y que mi mente divague con o sin razón. Alguna vez te debe haber pasado. Bienvenido a este mundo de locuras peligrosas.
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