Hice una lista con más errores que aciertos. No sé qué es lo que quiero ni mucho menos a quién. Siento que le hago mal a las personas que más cerca mío están. Es parte de mí. Soy así: orgullosa, cabeza dura y celosa, lo lamento mucho pero el árbol torcido ya no se puede enderezar. Duele darse cuenta de algunas cosas y hay que matar a la angustia de algún modo, con algún veneno para que no moleste. Hay que escribir, hay que respirar, hay que hablar, hay que solucionar los problemas. Sobre todo hay que tener valor y coraje, aunque las palabras duelan como balas y aunque los hechos nos golpeen la espalda. Las cosas van cambiando lento y letal, toman velocidad para jamás volver a lo que fueron, no miran hacia atrás. A veces se gana y otras se pierde, a veces se ríe y a veces se llora, a veces.. a veces.. nos sabemos confundir el amor con el odio. Los abrazos se tiñen de envidia, la alegría se entrelaza para formar un telón de mentiras. Caí en la cuenta de que nada existe en realidad, que lo único verdadero e inmutable es la nada misma. No hay lazo, no hay sentimiento que perdure.
Mi cabeza es un ovillo de lana y necesito alguien que lo desenrede.
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