Lamento no haber sido lo mejor para vos.

Hoy es un día difícil para mí. Hoy entiendo el verdadero significado de la palabra difícil, no es el mismo que le atribuía unos años atrás, como cuando me costaba enfrentar una ecuación matemática. Hoy me veo rodeada de responsabilidades. Hoy me siento una mujer. Hoy no me siento una nena. Hoy me siento grande. Siento como pesan los años, cada uno de ellos y todas las palabras no dichas cuelgan en mi espalda. Todas las lágrimas escondidas, hoy salen como tsunamis de mis ojos. Hoy es un día complicado, duro, trascendente: mi familia se derrumbó. Y no puedo ir al supermercado a comprarme otra. Perdí a mi mamá, o peor aún: ella me odia. A partir de hoy, estoy sola. A partir de hoy soy otra persona en la misma piel. Ojalá alguien me hubiese enseñado a ser la hija de tus sueños, la que te enorgulleciera y te empapara los ojos de júbilo, ojalá nunca te hubiera fallado. Ojalá nunca hubiera nacido. Ojalá pudiera morirme por un rato y volver a nacer, más viva y no en una familia de millonarios, como me gritaste. Nunca me lastimaron tanto unas simples palabras. Me sequé de sal y ahora estoy vacía, vencida. Se rompió ese hilo invisible, ese lazo maternal. Quiero armar las valijas y sacar un boleto sin regreso, tomarme el trago más fuerte, fumarme el faso más grande. Lo sé, no soluciono nada de esta forma. En realidad, nunca soluciono nada de ninguna forma..