tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

viernes, 12 de agosto de 2011

Es solo una cuestión de actitud.

Me di cuenta de que cuando uno es optimista y siembra la buena energía y la buena onda, todo alrededor parece contagiarse, y te devuelve con la misma moneda. La mente es un cuerpo manejable y no tan difícil de dominar, al menos eso es lo que hoy creo yo. Es el centro de manejo del ser humano, algo así como la base de datos. Todo depende de ella: los problemas, las relaciones y el estado de ánimo. Si uno transmite buena vibra, como un boomerang, ella vuelve. Te sentís bien, los demás te ven bien. Te querés, entonces te quieren.  Para ser feliz la receta a seguir al pie de la letra es hacer lo que uno quiere. Fuera aquello que hacemos por compromiso y que no disfrutamos. Vas a inglés y eso no te gusta? DEJALO. Vas a un curso de cocina y te aburrís? DEJALO. Tomás clases de guitarra y nunca tenés ganas de ir? DEJALO. Yo al menos descubrí que hacer muchas cosas distintas y sobrecargarme de obligaciones me succiona la energía para las cosas que realmente me gustan. Y al final termino cansándome de todas las actividades, pero no por el hecho de que no me gusten, si no porque las hago sin energía. Por ejemplo cantar me llena, especialmente esas canciones tontas; por y puramente por placer; pero no iría a aprender canto porque de a ratos tengo los deseos imperiosos de mover las cuerdas vocales, y si ello se convirtiera en una rutina, no sé si me gustaría tanto. Otro condimento que le suma una cuota importante a mi felicidad es el hecho de andar en remera y que hayan veinte grados también. De más está decir que anhelo la primavera.
Ya no postergo para mañana mi alegría. Todo vuelve como dije, todo menos el tiempo.
Hoy me siento segura de mi misma, hoy estoy contenta. Hoy puedo conseguir lo que me proponga.


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