tinta y pluma pa volar

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viernes, 22 de julio de 2011

La primera vez.


Vivo tomándome colectivos, por ende vivo viajando. Viajar en el pleno sentido de la palabra, alrededor de 40 benditos minutos tardo en llegar a cualquier lado. Claro, porque cuando digo cualquier lado hablo del centro (odio que pase eso con las palabras) En fin, no era la idea expresar en este breve texto la lejanía de mi hogar respecto del infierno de la city. Si no que, el punto es que hoy, mientras miraba por la ventanilla y escuchaba música ensordecedora, me puse a añorar momentos como una gran pelotuda y como lo suelo hacer en mis ratos de ocio. Y es ahí cuando me digo: la pucha, cuando estoy de vacaciones pienso un montonazo y a veces no sé si está tan bueno porque nunca llego a conclusiones; si no que voy llegando a puntos y temas que se entrelazan y me llevan a otras cuestiones que tampoco nunca terminan en nada concreto; por el contrario me dejan con más interrogantes y signos de pregunta abiertos. Es decir que en mí, pensar nunca tiene un final, pensar para mí es un viaje sin desenlace alguno, que carece de terminaciones. Eso sí, la cabeza hecha un ovillo de lana, seguro
No voy a decir que no sé cómo terminé pensando en lo siguiente, porque estaría mintiendo, pero tampoco tengo ganas de mencionarlo. De repente me encontré tratando de definir qué es ser una puta. Puede sonar algo gracioso el planteo, pero juro que no lo era esta tarde a las 5. Me di por vencida súbitamente al percatarme de que no llegaría a puerto alguno, así que instantes después ya mis pensamientos habían dado un viraje hacia las primeras veces. ¿Cuán especiales son las primeras veces?
Desde chicos estamos acostumbrados, porque nos lo inculcan (la cultura, la familia, los medios, etc) a alegarle suma importancia a las primeras veces: la primera palabra, el primer paso, la primera vez que vamos al baño solos, el primer diente, la caída del primer diente, la primera vez que volvemos a casa sin papá ni mamá, el primer beso, la primera vez, el primer hijo, la primera cana, y así infinitamente (en realidad, hasta que la muerte se interponga con nuestra enumeración) A lo que voy es al planteo de la verdadera importancia de las primeras veces. Que se les de tanto lugar y peso a las primeras veces, está bien, porque ellas siempre de alguna forma nos marcan, porque es el inicio de una sucesión de repeticiones que vendrán o no después, porque es aquello que abre un ciclo e indefectiblemente una nueva etapa, ya sea larga o corta, pero nueva al fin. Aunque no por eso vamos a decir que la primera vez es la más importante.. Y ésto es lo que quiero remarcar.
¿O acaso el primer paso es más importante que el que dimos hoy, ayer o antes de ayer? Claro está, que si no hubiéramos dado el primero no nos encontraríamos acá ni hubiéramos dado el segundo, pero esta coherencia es aplicable no sólo para el primero. Por lo menos yo, atesoro con todo mi amor ciertos besos entre los cuales sin duda no está el primero. Entonces ¿por qué esa necesidad de temerle a las primeras veces o darle una importancia sobrenatural e irreal? Si nos va mal la primera vez, no quiere decir que nos vaya a ir mal siempre.
Muchas veces estuve segura de querer hacer algo por primera vez, pero por estar rotulada como “la primera vez” me arrepentí. Su mismo título me hizo dudar y me quitó la confianza que tenía para hacerlo.
Entonces, no es necesario esperar a que todo sea perfecto para tal o cual cosa. No hay que  pensar que estamos "gastando" la primera vez o que nunca más va a haber una X primer cosa otra vez, si no el hecho de vivir, aprovechar el momento porque vendrán muchas veces más.. Primera vez quiere decir experiencia.

Soy mala para esto de las subjetividades. Por eso digo que nunca llego a nada concreto cuando me pongo a pensar y a filosofar. 

1 comentario:

  1. No te puedo explicar lo mucho que me dejás pensando. Es como si mi mente estuviera plasmada en el texto que acabás de escribir. Y si, tenés razón, ¿porque tanta importancia al número 1?

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