tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

lunes, 18 de julio de 2011

Era ese algo que en mi vida jamás creí que me gustaría, a ser sincera ni siquiera se me cruzó por la mente que alguna vez lo probaría. Ahora creo que era algo así como una asignatura pendiente que tenía que cumplir. Reconozco que siempre fui un poco ajena a ese tipo de cosas, un tanto fifí o nariz parada, me lo han dicho más de una vez, pasé años viendo y analizando semejante hecho, siempre desde afuera, y más de una vez me enojé con gente que me decía que no podía salir un domingo a la tarde a causa del super-clásico. No entendía cómo existían persona sobre este planeta tierra que podían pagar por eso, a veces una fortuna, ni mucho menos hacerlo una rutina. Me preguntaba si no se aburrían. Los miraba desde otra perspectiva, con cara de incomprensión: todos amontonados comiendo choripanes chorreando grasas, apretujados, sudados, gritando, saltando, alentando y sufriendo en cada tiro errado.. y pensaba ¿qué es lo divertido de ver a 22 chabones corriendo detrás de una pelota? (¡qué mente cerrada!)


Y hoy entiendo lo genial que es ir a la cancha. Y mientras disfrutaba del partido, con mi rico paty grasiento (te-rri-ble) miraba lo lindo que había quedado el Único de la Plata, y un poco después pensaba en cuanto se desvirtuó el fútbol argentino, más progresivamente con los años diría yo, y en que es una pena que cuando se juegan campeonatos a nivel nacional no se desarrollen del mismo modo que en una Copa América, ¡y no sé por qué carajo estoy escribiendo sobre esto! pero realmente me indigna que la gente se cague a piñas y tenga que aprovechar para hacer bardo o que hayan barrabravas y violencia que nos obstaculicen el poder disfrutar de un evento de recreación social como es ir a la cancha. Veía que el otro día los derrotados, salían del estadio cantando incluso, un poco tristes quizá por haber quedado eliminados pero sin esa fervoridad de salir hacer quilombo porque perdieron. Y esto definitivamente es algo que tenemos que aprender o volver a incorporar de los otros países vecinos, darle a los partidos de fútbol el lugar que les corresponde. Y esto se reproduce de igual manera si lo trasladamos a otras situaciones. ¿Pero con qué necesidad?

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