¿Te acordarás de mí?

Muero por saber qué es lo que te sacude la mente cuando recordás mi nombre.

Qué clase de terremoto hago vibrar en tu cuerpo.
Pero es que hay dudas que el firmamento jamás estará dispuesto a develar, aunque le ruegue que así lo haga.
Nosotros, mientras tanto, dulcemente ingenuos, nos dedicamos a divertirnos de cruel manera.

Jugamos a ignorarnos.
A que no nos conocemos.
A que no nos separan unas vastas ganas de cariño.
"Aquí no ha pasado nada" diría algún poeta en algún libreto teatral.
Entonces. Ganar con orgullo. Perder arriesgando.
Vivir. 

(Últimamente ésto se está transformando en una especie de diario íntimo)