tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

domingo, 30 de enero de 2011


Mejor amiga Palabra muy abarcativa (demasiado en lo personal) Un complejo rótulo que no todos saben-pueden-merecen portar. 
 
Una vez, una sabia me dijo que la amistad es un 50 y un 50 por ciento, que no funciona si en su lugar las cifras fueran 20 y 80. Cada una de las partes tiene que poner la mitad, una fracción semejante. 
Porque las parejas son dos.  Dos, y no tres ni cuatro. 
No se puede alimentar una amistad,  y en lo personal creo que ningún tipo de relación, a base de una simple computadora. 
Un vínculo necesita  del contacto, del cuerpo, de los ojos, de las manos, de la boca, de los oídos.. un abrazo, un beso, y no puramente de los artefactos tecnológicos. 
El mejor amigo no es simplemente el que lleva ese prodigioso título, 
si no el que lo sabe hacer valer.

 ¿De qué sirve aparentar algo que en realidad no es?

 No sirve de nada engañarse a uno mismo. No es sano creer en las fachadas. Cuando no es, no es.
 No se deben forjar los sucesos y mucho menos los vínculos.
 
A veces uno no está dispuesto a ver cómo cambia la persona junto a la cual creció, se formó y compartió piel a piel  varios años, los cuales conllevan billones de recuerdos de todos los sabores posibles. Lo más doloroso es presenciar esa variabilidad en carne viva, ver cómo se transforma o transformó uno de los seres más significantes  de tu existencia.  Y ahí es cuando comenzamos a desmoronarnos y cerramos fuertemente los ojos para auto-cegarnos. Creemos que el daño será menor si no lo vemos, o que la caída será más liviana de este modo. Pero ésa es sólo una gran mentira, que camufla la necesidad de un amparo, un refugio, un resguardo, de lo que pasa allá afuera y que tanto miedo nos da.
 Y el tiempo pasa, porque nunca pide permiso, y es así como las diferencias, los problemas, los desencuentros; se agudizan y se agrandan progresivamente como una bola de nieve que rueda por una colina que lo único que hace es adicionar su tamaño. Todo se vuelve insostenible. El clima se pinta de falsedad. Hasta que irremediablemente esa bomba explota, la mismísima que tratamos de que estallara lo más tarde posible; revienta en nuestra cara, frente a nuestras propias narices.
Y luego viene la inevitable batalla, pero como si no fuera suficiente con semejante plato principal, de postre recibimos una abundante porción de repugnantes y fríos trapitos al sol.
Todo aquello que masticamos solos, ahora lo escupimos ferozmente, sin escrúpulos. Tomamos preponderantes decisiones sin la calma que ellas merecen. 

Soy consciente de que quizá la mía no sea perfecta, pero lo único que me importa es que estoy siendo capaz de tomar mis propias decisiones. De decidir lo que quiero y a quién quiero. Crecer es tan sencillo y difícil como eso. Crecer es simplemente aprender a ser uno mismo y elegir tu propio camino. Y crecer, a veces, también implica sufrir. Ahora veo con claridad que no distante tiempo atrás prefería cantidad y no calidad. 
Ahora la calidad es primordial a la cantidad.

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