tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

martes, 6 de septiembre de 2016

No pudo ser.

Es una quimera que se prende fuego, un delirio que se quema.
Una noche le sonrió y significó para ella una inmensa llama que mantendría encendida la luz de su éter,
entre alguna que otra mirada, se fue tejiendo de colores y nudos, un enorme abrigo 
que no se parecía a ningún otro, que era capaz de cubrirlo todo,  susceptible de teñir a cada hora de su raíz 
porque el sueño fue un corto privilegio pulverizado una tarde de septiembre, la tarde en la que compartimos un mate y cantamos una canción. Simplezas, sutilezas, arrancadas todas ellas de raíz.
El dolor es crudo cuando no antecede la anestesia, concluyo y doy vuelta la página y
otra vez, tu forma tenue y perspicaz me hizo emocionar y quise que sea, que así sea, y ahora lo dejo ser.
Ahora me aplico una crema humectante al corazón para que me devuelva el agua que me quitaste de tanta lágrima, de tanto llanto imberbe, futil, que no sabe qué hacer con toda la angustia amorfa que me ocupa. Ya no juego a hacerte cosquillas, y no espero a que te preocupes más que por la inercia que te mantiene de pie y te impide levantar vuelo. 
Nadie sabe qué fue, ni por qué la estrella partió fugaz. 
Es un secreto que no sabés abrir, un misterio que brilla en la oscuridad y que ni en la confidencia de la desnudez penetra la boca para abandonarla después. Es mejor así, me digo y me sostengo en un solo pie, equilibrando todo lo que me dice que algo no anda bien. Un ignoto aparecer y desaparecer, se me viene al corazón de cuando en vez y no hay fantasía más grande que lo que no fue y a su vez, no pudo ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario