tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

miércoles, 25 de mayo de 2016

Apretar hasta el hartazgo la circunferencia,
con la mirada fija en el centro,
el más allá, obnubilado

haciendo del obstáculo el mundo,
forzando las circunstancias
imperándole al destino un cénit inmediato.

dejar salir lo que el cuerpo repulsa
que baste con la utopía de volver cercana la lejanía.

Para curar lo que hay adentro,
sobran las distancias escandalosas,
no se necesita ni frío ni frenos
la absurda regla que condiciona
que dice que todos los domingos
se ha de remover la piel escamada
que solo alcanza con barrerla
en el sentido de las agujas del reloj
desde la profundidad, hacia la superficie.
¡mentira!
la palabra no puede ni podrá nunca serle fiel a la natura

y así, en el confín del hábitat podrido
es la piel quien alberga el germen, la semilla
sentada y esperando florecer,
ansiando abrir sus piernas
inflar el pecho
desde las alturas,

fértil para crecer sin que la corten
irrigada de seducción
colérica como calma
para caminar y para descansar

sin que la estrujen
quiere que la siembren dándole espacio y abriendo paso a su alrededor.
Solo creo que acorazando lo inerte
       es probable que la piel se asfixie.

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