tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

domingo, 23 de noviembre de 2014

Se tiembla cada vez que un Uno se le acerca a un Dos.
Se tiembla, también, cada vez que nos atraviesa un hálito inseguro de porvenires.
Temblamos cuando sentimos la posibilidad machacándose en nuestros rostros y cada vez que rompemos un espejo en mil pedazos. Si escucho un arpegio bien hecho, yo también tiemblo.
Si escribo, mis dedos tiemblan pero si canto mis pies me bailan. Sentada o en la cama, muevo la cabeza al ring rang.
Soy como aquel que hace los coros ahí en el fondo: ecos de mi propia vida. Cantos de otra historia y versos de un cuento que no es el mío. No te dejes condicionar por la música, o serás un ser también sensible a la plástica y al cine, al arte y al amor. Serás un ser que tiembla al abrazar a otro ser, alguien que busca una incógnita por develar, y serás por eso un hereje. Pero, sin embargo, en tus cabellos las trenzas se agigantan hacia abajo y se empalidecen desde arriba.
¿Por qué es tan necesario gozar?

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