tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

viernes, 25 de abril de 2014

Que no ponga en palabras, no significa que reniegue, ni que me esté mintiendo a mi misma.
Que no delimite mis sentimientos como a una oveja en su corral, no quiere decir que no esté segura.
Porque me da miedo cocinar tu carne a fuego alto,
me da miedo que de pronto se me queme sin darme cuenta. 
Sí, es como cuando era chiquita: siempre dejaba en el plato lo más rico para el final. 
Pero el problema es que, a diferencia de cuando era chiquita, vos no sos un plato y en este juego el final no se avizora desde donde estoy. Y mientras tanto, yo, sigo la corriente. Sin certezas, sin seguro de vida, sin saber cuándo me va a llegar la jubilación de esta cosa que no quiero llamar amor.
Es que yo ya había sentido mariposas en la panza, pero de una manera diferente.
Eso es lo que más me asusta: el hecho de que te escucharía horas y horas, como a los cuentos relatados por la voz de Cortázar.
Pero con el paso del tiempo las mariposas evolucionan a polillas, que me van comiendo los cesos y me dejan sin capacidad de acción.
Es que el sentido común ya lo perdí en el ascensor.

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