tinta y pluma pa volar

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lunes, 23 de diciembre de 2013

Baldazo de agua fría.
Tendencia a la inautenticidad, necesidad de reproducción, ansias de prolongación externa y de dejar descendencias antes de abandonar este mundo infinito.Y, ante todo, el miedo.
Los hombres y mujeres, como seres finitos, son posibilidad. Posibilidad de todas las cosas imaginables, de salir a tomar un café, de irse del país, de bailar... pero en cada una de estas múltiples posibilidades, está la posibilidad de morir.
1- Morir luego de vivir a consciencia una vida propia, dominada por la propia voluntad, por el dasein sujetando las riendas de su caballo;
2- O morir luego de una larga vida subyugada a la inautenticidad.

Pocas veces ocurre lo uno, sino más bien lo segundo. Porque escapamos a través del SE: se dice, se hace, se supone ¿pero quién es esa suerte de Dios anónimo que maneja los hilos de nuestro accionar? Es paradójico vivir en una era de creciente ateísmo y que, sin embargo, la mayor parte de la gente, a pesar de no creer en ningún Dios, se esclavice y renuncie a sus decisiones dejándose dominar por la voluntad de un Dios anónimo. Es la era de la masividad, de la dominación a través de entes: ellos son los medios de comunicación. Monstruos que moldean la consciencia social a gusto y piacere de sus conveniencias. Monstruos de televisión, a merced de esos grandilocuentes dueños de cadenas y cadenas de medios que promulgan la libertad de expresión y que, mientras tanto, con sus tejemanejes anulan la independencia del hombre, su reflexión, su capacidad crítica.
Fenómenos del XXI.
¡Papi, le tengo miedo al diario, a la radio y la televisión!
...hoy me hicieron llorar.

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