tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

martes, 26 de noviembre de 2013

La mirada del amor.

¿Desde dónde miramos cuando nos enamoramos?
¿Qué observamos en el otro? ¿Por qué?
Cuando nos enamoramos no miramos con los ojos, miramos con el corazón. El amor es, en un primer momento, irracional y ciego. Primer momento en el que lo que observamos son las partículas, los átomos imperceptibles a la vista que, sin embargo, flotando están entre la atmósfera que se inmiscuye entre los enamorados. Enamorarse es aspirar ese aire que corta la respiración propia y la respiración ajena.
Cuando nos enamoramos lo hacemos de infinitas maneras. Una de las más triviales es enamorarnos de lo que no tenemos. Por eso enamorarse es, ante todo, una caricia al Ego. Me enamoro de vos porque sé que tenés lo que puede llegar a faltarme. Me enamoro de vos, pero ¡ojo! no me enamoro de tu integridad, del total de tu persona. Me enamoro sólo de la parte que veo en vos que creo que me falta. Enamorarse implica, a la larga, desencanto. Ustedes dirán que si no es total, entonces, no es amor, que eso es sólo un capricho. Bueno, la única diferencia entre el capricho y el amor es que el capricho dura un poco más.
Si yo me enamoro de usted, es porque usted tiene aquello que me atrae porque me falta. Pero ¿qué es eso que me atrae? Eso que me atrae de usted es una cualidad a la que le confiero el adjetivo axiológico de virtuosa. Es por eso que muchos, sin la menor consciencia, dicen: "estoy buscando pareja" La buscan porque saben cuales son los defectos propios, y por lo tanto, buscan en algún otro las virtudes que creen que los auto-completan. Nos da miedo ser imperfectos y por eso, al enamorarnos, buscamos nuestra propia perfección. Perfección que anhelamos encontrarla en el otro. Porque es lógico que nadie busca aquello que no sabe como es. Por lo tanto, si buscamos, es porque sabemos qué esperamos encontrar. Una búsqueda en el amor, está condenada al fracaso. Y por eso, también, es que buscamos "la media naranja" (nótese que el lenguaje coloquial está imbuido de psicología inconsciente)
Buscamos la media naranja porque nos creemos incompletos. Buscamos esa media naranja para sentirnos más fuertes, con más vigor, para sentirnos capaces de todo: para sentirnos invencibles.
El amor es una sensación, es una percepción de nuestra mente (o si no les agrada el pensamiento de iluminista, podríamos decir del corazón. Al fin y al cabo el individuo es indivisible) El amor unívoco no existe, porque pasado ese primer momento nos damos cuenta de que la media naranja, después de exprimirla, no tiene más jugo y como todo lo que ya no sirve: se la tira a la basura. Y la absurda búsqueda recomienza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario