Amanecí entre el espesor húmedo de mi sudor y lo primero que se me vino a la mente fue el sueño ininterrumpido de la noche anterior. No había sido, tampoco, una noche de dócil descanso; me había levantado un par de ocasiones a tomar agua fresca y para ir al baño.
Mi cuerpo no estaba reaccionando de la mejor manera a este regreso metropolitano. Y el clima no me ayudaba.
Pero eso si que no me lo esperaba: vos, espécimen impertinente que osa penetrar en mis fantasías para gritarme una vez más que no moriste, que seguís con ganas de jugar con mi amor. Y si sabrás de casualidades, que aparecés justo este mes, en este Febrero, a casi un año de nuestro último encuentro, a casi un año de que nos dijimos 'hasta pronto' bajo esa lluvia canícula que auguraba un posible final.
Es casi una costumbre tuya trastornar mis noches de reposo y lo más grave de todo esto es que nunca supe decir que no, ni siquiera en los sueños, así como tampoco supe bien cómo arriesgarme por un si en esta realidad.
Es casi una costumbre tuya trastornar mis noches de reposo y lo más grave de todo esto es que nunca supe decir que no, ni siquiera en los sueños, así como tampoco supe bien cómo arriesgarme por un si en esta realidad.
Y me prometo que hoy actuaría distinto.. como siempre que te pienso, que hoy sería diferente; que me bastaría con esa aventura postergada hace años ¿Será que me estoy pareciendo a vos y por eso te extraño?
Sabe la Luna por qué te rapta y te reaparece en los veranos.
Y no es que me importes demasiado, es sólo que te uso de musa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario