tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

domingo, 9 de diciembre de 2012

Me estremece la fortaleza de este amor. El que puede ser el abrigo en un invierno crudo y al mismo tiempo, el agua que refresca en un verano infernal. 
Este mismo amor... que no sabe de género, que va más allá del vínculo y del nombre que se le adjudica. De mujer a mujer.
Al que le alcanza y le sobra con una mirada para sobrepasar los límites del entendimiento. El que tiene sangre de magia, el que es tan dulce que ya no cabe dentro de lo especial porque no sabe expresarse ante la mirada de los demás. En este camino somos vos y yo. Vamos juntas a la par.

Uno busca esas personas que dice la filosofía, se han perdido por el mundo, que son como la otra mitad de uno mismo, que a lo largo de la vida ha de buscar pero difícilmente ha de encontrar. Porque es un mito, una leyenda que naturalmente no existe. Pero nosotras somos la excepción, el pero, la manzana verde infiltrada en un cajón de manzanas rojas. Y la mayoría de la gente va en búsqueda de lazos tan puros y verdaderos, como el que hoy tenemos.

A cada minuto rectifico que la nuestra, es una amistad que no para de crecer. Hacia arriba, hacia abajo, hacia los extremos infinitos del todo. Es un amor que jamás termina de expandirse, que carece de márgenes y contornos y es por eso que no logramos arribar a sus confines más subrepticios. El que me demuestra que me equivoco cuando creo que ya le es imposible avasallar un poco más la realidad, porque es ahí que concluye por sorprendernos y ahí está: más vigoroso que nunca. El que se riega con cada lágrima. El que se lustra con cada carcajada para imponerse brillante en el corazón. Grande e inmenso como un árbol que vimos germinar en sus semillas.

Soy atea pero creo que el que nos hayamos encontrado, que seas mi amiga, eso es un milagro. Y si, nunca pensé que lo ideal pudiera un día estar tan cerca  de lo real. 
Te amo.

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