Caminar y caminar, por empedrados sizañeros que lo único que buscan es hacerte trastabillar y caer de boca. Pero no, sin embargo, vos no te caes. Nos anticipamos a un feriado, desmigajando horas vueltas espuma de amenazante lluvia. Y cuando te mojás de rocío, te hacés transparente y te veo, en tu resplendor, como un monte iluminado por el astro mayor a primera luz del día. Mientras yo me mojo con vos. Y estás ahí y no es una ilusión. Y estás ahí y es de verdad...
Cuando esa faceta se hace presente ante mí, despiertan, muy dentro, sensaciones adormecidas. El amor se hace crema y volvemos a untarnos como antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario