tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

domingo, 14 de octubre de 2012

Como tantos otros, yo también estoy anhelando Iruya. El ensueño en las alturas, el silencio de las montañas, las subidas cuando todo parece una bajada. Un mirador para ver desde allí, ajena a todo. Hoy es sólo un recuerdo, como también una cuenta regresiva que va hacia adelante.
Que odio la ciudad, eso ya lo sabía. El lugar donde el lado oscuro de los seres acrecienta su sombra y se proyecta en su totalidad sobre mi. Me cubre como un manto.
En el fondo, me regocijo y degusto sorbos largos de café. Le pongo azúcar por demás, para ver si me endulza así el alma. Pero no hay caso.. Sigue amargo, como el paisaje sin color que se esparce a pesar del sol radiante que me quema la piel. Siguen faltandome abrazos. El vacío no se logra llenar con ningún plástico material. Miro a mi alrededor y no encuentro emprendimiento digno en el cual depositar las escasas ganas que quedan ya. El movimiento es una tortura. El estatismo es aún peor.
Necesito conseguir un prospecto que me recete la cura de este mal.   


1 comentario:

  1. Lindaaaaa, me leí todo el blog, escribís muy lindoo, te quieroooooooo .
    la cordobesaa

    ResponderEliminar