Creció a lo largo y a lo ancho.
Se esbozó como un sueño que nació en la imaginación de las nubes y después se volvió aire.
Seguimos nuestros rumbos encontrados a veces, y perdidos otras.
Me quedé con una mancha de tu tinta azul en mi cuaderno para con la luna de hoy, cerrarlo.
Se esbozó como un sueño que nació en la imaginación de las nubes y después se volvió aire.
Seguimos nuestros rumbos encontrados a veces, y perdidos otras.
Me quedé con una mancha de tu tinta azul en mi cuaderno para con la luna de hoy, cerrarlo.
Concluirlo y dejarlo todo inmerso dentro de esta noche de vainilla; con unos dientes hechos sonrisa que se asoman por la ranura de mis labios y con la nostalgia y el cariño que envuelve. Es tiempo de abrir otro capítulo, en otro cuaderno.
Hasta el recuerdo.
Hasta el recuerdo.
Y cuando uno escribe ayer, lo hace a la espera esperanzada de mantenerlo vigente para el hoy y el siempre. Pero.. ¿y si hoy todo es distinto? ¿si hay un cambio que no estaba previsto?
Gracias por demostrarme, a tu manera
Gracias por demostrarme, a tu manera
que hay espacio para escribir una hojita más, todavía en blanco. Que no es necesario borrar tu nombre de al lado del mío, que podemos seguir compartiendo algo: juntos.
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