tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

miércoles, 1 de febrero de 2012

Hace dos días que escribo incesantemente y no lo publico todo. Debe haber aproximadamente siete entradas borradores que no quieren salir de ahí.
Inconclusas, pobres, desordenadas, esperan que alguien las rescate.
Pero no.
Cuando las cosas no son espontáneas, considero que no son reales. Rebuscármela para escribir significaría que estoy buscando qué poner para que la gente me lea, y eso dejaría de ser real.
Yo quiero que la gente me lea a mí, entera, lo que me pasa o pienso, y no hay otra manera de que pase eso si no es por la espontaneidad.
A veces, uno va por la vida haciendo cosas para los demás, hasta que uno crece y se da cuenta que el mejor regalo que uno puede hacerse es quererse un poco y darse lugar a ser.
Estos días estuve ocupada en eso. En quererme un poco, en ser responsable conmigo, mi salud, y mis estudios, con lo que me comprometo y con lo que me compete.

Anduve de acá para allá, y aprendí que cuando hay tantas cosas que te llenan el corazón, uno no tiene tiempo ni lugar para pensar en lo que le falta.
Esa es la única clave para sentirse feliz, y el que se atreva a discutírmelo le aviso que ya sale perdiendo.

1 comentario:

  1. Hola hola hola y dos millones de saludos.
    ¿Dónde estás? No me importa, nada nada, ni dónde, ni por qué. Es algo casi mágico lo que tengo en este instante en el pecho. Unas ganas de abrazarte, de que me rias enormemente con esa sonrisa de 3.000 pisos para arriba donde no importa quien caiga, tu sonrisa se sostiene. Y esa misma es la que veo desde lejos cuando abro el ascensor, y las dos ahí riendonos como si fueramos un chiste andante o una broma de la vida. Como dos testigos de la vida de cada una, como amigas.
    Quiero verte. Te veo en esa foto y parece que fueras mi hija, que no tengo, mas o menos. Me da alegría, entusiasmo, impresión. Estás grande, encontrando una dirección, cambiando de ideas todo el tiempo, como yo. Avistando los pájaros de esta calesita que gira sin darnos cuenta. Te quiero mucho. Y tenés razón, quererme mas que a una taza de chocolate en invierno, sí que es mucho.
    Dejame un mensaje en algún lado, por dónde quieras. Si la telepatia funciona, mejor.
    te espero

    ResponderEliminar