tinta y pluma pa volar

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jueves, 8 de diciembre de 2011

"Cerrá los ojos y mirame"

Y de pronto, casi imprevistamente, aunque no tanto para quién tuviese un poco de olfato y sentido común si se trata de cuestiones de amor, así como percepción de lo que se desarrolla a su alrededor; ella, con su alborozada presencia, se dirigió segura pero con un aire miedoso a la otra parte del mundo que había en la encumbrada plataforma. Lo quería desde aquel instante. Lo esperó con un plan maléficamente ideado para atraparlo entre sus manos y sentir su barba otra vez. Él que siempre se caracterizó por la falta de concreta de decisión, la tomó por sorpresa apareciéndose calmo. Era tarde, muy tarde, pero no lo suficiente como para que saliera el sol anunciando el calor del feriado desolado. Entonces, resolvieron esperarlo. Lo usaron como excusa; dejaron que el tiempo vuele al ritmo del cantar de los pájaros que se escuchaban lejanos y pacíficos. El cielo anunciaba un eclipse de besos, los colores del mismo eran una personificación del arco iris. Muy confuso todo, empezando por el paisaje, pero no obstante hermosísimo; con la brisa propia de playa en plena city con más árboles de los supuestos, ellos se perdían en conversaciones de segmentos sin principio ni fin. Reitero que todo lo mencionado forma parte de un consistente libro de pretextos, evidentes en risitas. Dejaron sin apuros, tímidos, al azar de la iniciativa de ella. De repente una orden prepotentemente segura anunció dulce: “Cerrá los ojos y mirame” Él obedeció casi miedoso. Y con un temblequeo en el estómago, una sensación algo parecida a una manada de elefantes grises escapando de un predador, se acercó a sus labios. Sin estar en puntas de pie y entregada al abismo, le regaló sus ganas por segunda vez, sabiendo perfectamente lo que hacía.
Le era inevitable pensar y pensar. Cómo lo había deseado, cómo lo había ansiado, cómo las cosas llegan a su debido tiempo, que estaba pasando y no era un efímero sueño y lo orgullosa que estaba por fin de ella misma. Se sentía más grande y gigantemente feliz. Un  abrazo eterno, y un hasta siempre.

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