tinta y pluma pa volar

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domingo, 20 de noviembre de 2011

Sábado, Domingo, Osvaldo.

¿Por que hacerse replanteos existenciales un domingo? Será el ocio lo que impúdicamente nos obliga a racionalizar más de la cuenta. Los domingos se hicieron para dormirlos, para hacerles el amor o para mirar películas en la cama. Me molesta a sobremanera estar preguntándome un domingo sobre cuestiones de mi vida, temblando sobre la computadora, tecleando senilmente palabras que me quedan grandes un día como hoy. Agazapada cual predadora pasiva que persigue una presa que está demasiado fuera de su alcance y dueña de tantas cosas sin valor a la hora de medirme con tu regla. Si, porque ya llegó el momento de usar pronombres y no me cabe otro que el “vos” y el “yo” que esta en terapia intensiva a esta hora de este maldito domingo que no sirvió mas que para coronar una semana de heces (porque no hay que perder la compostura en ningún momento con palabras petisas señoras y señores). Pero no voy a caer en la fácil tarea de escupir culpas por doquier. Creo en la caballerosidad de la introspectiva antes que la contraspectiva (la palabra no existe pero hay que mantener cierta armonía discursiva a veces). Por eso mismo la patología del día será la amnesia temporal (en el menú también teníamos ataques psicóticos, llanto e ingesta de alimentos en exceso) para pasar estas últimas horas y amanecer a un lunes tal vez menos complicado.


1 comentario:

  1. Dejate llevar un poco, Ile.
    Que la introspección te lleve de paseo un domingo a la tarde. Que te haga llorar, que te haga reír.
    Que te vuelva loca por dentro.
    Sino, estamos en problemas...

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