tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

viernes, 11 de febrero de 2011

Tiempo al tiempo, tengo que esperar.

Soy un ser excéntrico. Una mujer, con sus muchas idas y vueltas, sumamente susceptible. Así es que hoy no sé con exactitud qué es lo que me ocurre, aquello que me transita la sangre. Suelo cambiar de parecer, no tuve más remedio que acostumbrarme a eso. Y no es la primera vez que la incertidumbre se adueña de mis pensamientos y se entraña en el crepúsculo de mi cuerpo. Complejo sentimiento el que perciben mis sentidos. Te odio, no soporto tu voz, ni el tenerte cerca, quiero que estés lejos, que no me dirijas la palabra, por momentos escucharte es tan fastidioso como el ruido que hace la tiza al raspar contra el pizarrón, a veces deseo que dejes de radicarte en mi vida, porque en esos instantes por lo menos, no te quiero. Qué paradoja que cuando lo logro, finalmente, me parece que si no te tengo cerca me muero de bronca o tristeza tal vez (no puedo definir esto que me pasa y no sé tampoco si tiene nombre alguno) Pero luego te quiero ahí, como quien diría a mis pies, disponible, pendiente o mejor dicho dependiente de y para mi. Eso sí, cuando se me pase la histeria. 
Me molesta que el curso de las cosas cambien. Quisiera congelar los buenos momentos de por vida. Pero en realidad sería aburrido si todo en la vida fuese estático.
Te quiero, te detesto, te quiero de nuevo. Las circunstancias me hacen sospechar que las virtudes que una vez me acercaron a tu persona, hoy se transformaron en tus peores defectos, los más grandes del universo.
¿Otra paradoja? No me agrada ni un poco la bipolaridad y.. ¿qué es lo que estoy expresando a través de esas palabras? Es más, aborrezco a la gente bipolar. Sufro condenadamente que los domingos seamos dos piezas de rompecabezas que encastran perfectamente entre sí y que los lunes nos convirtamos en dos criaturas indiferentes, dos más del montón, como derrochando ignorancia.
Y hoy me encuentro reflejando eso.. eso que tanto me irrita. Supongo y quiero pensar que es sólo cuestión de horas, días, o semanas.
Todo pasa y no hay mal que dure cien años. Espero sea pronto. Sé que en el fondo de mis sustancia, lo que más añoro es que volvamos a lo que fuimos no tan lejanamente.

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