tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

martes, 28 de diciembre de 2010

La felicidad son momentos. Es una lástima que no puedas ver lo que yo hago, mi esfuerzo, todo lo que pongo de mi (que en serio es mucho) Parece fácil salir de esto, pero te aseguro que no lo es ni un poco. Tantas cosas parecen en esta vida, de hecho la gente vive simulando.. "no todo es lo que parece" dicen, y comparto esa idea. No me es fácil todo esto. Sin embargo, ahí estás y siento que no te importa, que no te importo. Mi trastorno me llegó a afectar tanto a mi como a vos. Lo que duele inmensamente es que nos involucre a todos, y lo peor, que nos afecte, este mar que no tiene fin. Yo espero tu mano, espero que se extienda, y cuando por fin lo hace, en vez de volver a caminar, de un empujón caigo nuevamente. Y en ese preciso instante, cuando volvés a caer y decís nunca más; te lo prometés, te lo requete jurás. No, no, no y no. Nunca más, ésta fue la última vez. Y sobreviene la fortaleza, o algo que la concomita. Sentís que el golpe te fortificó, pero es sólo una ilusión. Ahora estás más vulnerable que nunca. Y cuando lográs pasar una semana bien, este último adjetivo bien sujetado entre comillas, godés la sensación de que estás en la cima del mundo, como quien dice tocando el cielo con las manos, sos invencible, todo un Hércules. ¡Al fin! ¡Superado! No era tan difícil.. ¿no? Pero (y es que es inevitable esta indeseada palabra después de algo reconfortante, siempre está presente para  hacer que todo se venga a bajo rápidamente como una pirámide de cartas con un simple soplo), de repente un ínfimo motivo logra que vuelvas a lo de siempre y ni siquiera es digno de acreditar tal desgracia. Ahora el golpe duele 100 veces más, es 100 veces más duro, 100 veces más doloroso, y claramente te cuesta 100 veces más levantarte y salir a flote. Es amarga la certeza de que no soy suficiente, que tus expectativas no se cubren conmigo. Y me pregunto ¿qué hago mal?  porque mis errores son innumerables, de eso estoy al tanto, pero quizá sea yo quien no ve las cosas con claridad. Sin embargo esa vesania, esos reproches que adornan tus palabras, esa violencia presente en tu hablar, alcanzan (y sobran) para hacerme trizas, consiguiendo minimizar el dolor que ocasiona un puñetazo en el ojo. La mirada desdeñosa, el diálogo arrogante; dan como resultado que estemos cada vez más lejos, cada vez más allendes uno del otro.. dejando sin efecto el hecho de vernos a diario. Esto es triste. Cuando pienso la sabia frase que dice que el tiempo perdido no se recupera y que quizá en un par de años, meses o incluso días (¿quién sabe?) cuando ya no estemos juntos.. me arrepienta de lo que hice, hago o mejor dicho hacemos. Pero hoy por hoy, es lo que siento, y hace un buen rato que comencé a implementar esa política.

No hay comentarios:

Publicar un comentario