tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Pienso en el cielo abierto, en lo vasto del cosmos,
en la pequeñez del ser humano y en sus delirios de grandeza.

Pienso en lo escaso del ser solitario, en su pobreza y su miseria;
en la inmensidad de la libertad,
en el amor que rellena y en la competencia que vacía.

Pienso en lo que aprendí y en lo mucho que todavía me falta aprender.

Las lecciones de una energía divina que, con esporádica frecuencia, capto con el alma que no estoy segura de habitar.
Las verdades que se esconden en cada estrella aguardando ser develadas.
Están, siempre, están, como el amor en cada sonrisa vertical
que se lanza llana hacia el infinito del tiempo,
sin prisa,
sin paraguas ni piloto,
instantáneas para ser devueltas.

En una sentencia impersonal, se dice que la comunicación es la única llave para la transmisión de las verdades. Múltiples y multiformes las verdades que alberga nuestro lenguaje,
aunque con los años parezcan que se olvidan,
ellas están ahí, aunque no se ven,
la creencia sobre la ciencia
como la carne debajo de la piel,
para reescribirlas, para volver a leerlas,

como una historia que, en apariencia, cuenta siempre lo mismo
y que, sin embargo, en la interpretación se cobija la diferencia.

Y entonces,
sólo entonces,
crece y se multiplica para transitar otro sendero.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Y si lo tomo por sorpresa él grita retruco quiero vale 4,
no le contesto la mirada porque suena bajito, es casi un susurro que se pierde en el epicentro de la timidez. El punto álgido es siempre es el punto máximo, y se sube para luego emprender la bajada.
¿Qué piensan esos movimientos, cuál es la fuerza motora que los sucede tan perfectos los unos a los otros? La palabra penetra en el hemisferio derecho y en el corazón se traduce en afecto, en el más sublime de los amores y en el más glorioso de los instintos que, todavía, no pudieron ser amputados contra natura. El control remoto bajo los mantos que impiden seguir avanzando en línea recta. No todos los caminos son derechos, los hay izquierdos e incluso torcidos que me encuentran con la brújula sin batería, porque no hay viento, no hace frío. La brisa no existe.
El rostro ajeno se desdibuja y la nitidez deja de ser.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Las cosas parecen y se parecen entre sí,
se reproducen siempre iguales y distintas a si mismas.
Un tú y un yo que se funden en dos tactos,
un cuerpo y una silueta que se confunden
como la sombra con la representación.
Vos brillo y yo destello,
yo acá y vos allá,
pugnando por elevarnos hacia lo sublime,
surcando un cielo gris, navegando mares rojos de luna llena.
Las palabras se pronuncian enteras y en la historia está la posibilidad
en vos está el azar y en mi la coincidencia imperfecta que aúna en la lejanía.
El futuro por detrás y el pasado por delante,
sólo se ve en el microsegundo aquello que se ubica en el hueco del ahora.
Y las caricias se fragmentan en pedazos que hay que pegar una y otra vez,
estímulos que fueron recortados
los bordeo por tu torso y te vuelvo a encontrar en mi cintura.
La vida se reduce a historias por contar,
y cada frustración es un aprendizaje
así como cada infortunio implica una reflexión

que solo después,
se vuelve luz en el tiempo.