tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

sábado, 28 de julio de 2012

Su boca decía algo, pero su mirada, otra.
De sus ojos emanaba un aire que enturbiaba todo el ambiente.
Se buscaba en cada recoveco y se perdía en cada esquina. Luego s
e reencontraba en su soledad. 
Sus abrazos eran de aire y se esfumaban cada vez que se iba lejos de mí.
Mis sobrenaturales esfuerzos tenían el único fin de entenderla.
Un buen día me sentí de lleno en el corazón del asunto: su egoísmo alcanzaba tal punto que le entorpecía la existencia.
No podía formular preguntas que no la incluyeran en la respuesta. Era incapaz de abrir sus oídos y escuchar desinteresadamente. Caminó kilómetros y kilómetros sobre un arsenal inmenso de mentiras. Se autoenagañaba y creía que también lo lograba con los demás.
Reprimía a la bestia que trataba ávidamente de aflorar por entre su ser. 

Y aunque suponía que la escondía con habilidad, toda la gente se daba cuenta del oscuro secreto. Pues su intensa pestilencia alborotaba la tranquilidad.

Arrojar las máscaras al vacío sería una buena idea.

miércoles, 25 de julio de 2012

Hay libertades que atan y nudos que liberan.


¿Cómo te sentís? Catártica

Cuando uno piensa en lo que hizo, en lo que no
en lo que tiene, en lo que no
en lo que quiere, en lo que no
en las metas, en los objetivos cumplidos, en los intentos dados,
en los aciertos, en los equívocos, 
en el tiempo que está, en el tiempo que se fue, en el tiempo que vendrá
en la música, en el amor, en las personas
en las huellas, en las marcas indelebles de la piel
en los viajes, en el camino recorrido, en las rutas por recorrer
en la fantasía, en lo abstracto, en lo que siente, en la intuición
en las señales, en el destino
en la paz, en la tranquilidad
en las lágrimas derramadas, en las sonrisas liberadas
en lo que es, en lo que le gustaría ser y en lo que no es.
Uno piensa en la vida.

Su vida.

domingo, 22 de julio de 2012

La mente se libera en cualquier parque de la ciudad, a cada bocanada de viento fresca que se infiltra en mi boca matutina todavía vestigiosa de dentífrico.
Menos es más. Y mejor que de esta miel falte y no que sobre..
Son los pájaros que cantan que la pureza está en los detalles, que en ellos reside la verdad. Escondida en lo simple, en lo cotidiano, en el rincón: a la vuelta de la esquina. Así fue que de crudo a cocido se cocinaron las palabras en esta salvaje cacería. Un día sangre, otro día azúcar. Un día portugués, otro día brasileño.
Todo se vale en esta rueda que nunca para de girar.

viernes, 20 de julio de 2012

La misma imagen repetidamente: yo hecha metáfora me convierto en una habitación.
La habitación soy yo. Yo soy la habitación.
En ella, nada se ve. Todo está oscuro. No hay luz ni ranura alguna por la que se filtre un mínimo rayo de sol.
Pero, de repente, irrumpe en la oscuridad más profunda alguien con su encendedor.
Su llama, logra iluminar 
apenas un pedazo de esa habitación; no toda.. 
Ahora, con esa pequeña llama se ve algo.
Y como ese algo es lo único que vemos, lo confundimos con el todo.
Estamos convencidos; y por eso creamos convicciones y nos aferramos a ellas: nos mentalizamos de que conocemos toda la habitación.
La nada y el todo. El todo y la nada.

Me pregunto si yo, que soy esa habitación me conozco entera. O si, por lo contrario, creo que me conozco toda, cuando en realidad lo único que recorrí es una parte del todo.
Yo creo que nunca se termina de conocer a una persona. Ni siquiera a uno mismo.

Cuánto deseo volver a mi eje..
Cuánto deseo encontrarme, aunque odie perderme.
Porque lo lindo de perderse es justamente eso: encontrarse..

Cuántas veces hablo del tiempo..

Aquí, me reporto desde lo más abstracto de mi mundo, con las ganas en ebullición de escribir, con la mente ahora calma, con la espalda dolida, con el corazón hecho pedazos, con mis ojos acuosos, con mi boca que aún trata con café de quitarse aquellas santas cucharadas de la abuela malévola.
Se torna difícil discernir cuando no hay ninguna luz: la claridad se esfuma y pasa a ser una ficción.
Al menos, queda una llama, una especie de ángel que alumbra el camino, ofuscado y estorbado no más que por uno mismo.
Primero una, después la otra y como si no fuese suficiente una tercera, y luego una cuarta (y hago un freno porque así lo desea mi voluntad, no porque carezca de argumento) Cuando las personas se alejan reiteradamente de uno, vez tras otra, es el momento de asumir que el problema está en uno, no en los demás. Sin embargo, reconocer ésto no es lo dificultoso del asunto.. lo complejo es hallar la salida que nos lleve a buen puerto: hablar. Es muy sencillo desterrar un problema y catalogarlo como resuelto, simplemente haciéndolo a un lado, 
e ignorándolo con indiferencia.
Gran problema del siglo XXI es la comunicación. En una era en la que parece que todo avanza, mejora, progresa; menos la charla, el diálogo, las palabras, que a la inversa, lejos de asimilar y adoptar formas más sanas, honestas y fluidas; se retrae y atrasa de la tecnología que todo lo puede. Toma distancia de todo y no prospera.
¿Por qué es tan complicado comunicarnos entre nosotros? Callar es siempre lo más fácil, no presupone esfuerzo alguno. ¿Qué pasa que nos damos mutuo miedo, que no podemos decirnos las cosas sin que adquieran un carácter agresivo, violento, turbante? ¿Dónde quedó la crítica constructiva? Acá estoy yo, soy un ser humano de piel y hueso que necesita expresarse. Manifestar lo que siente.
Si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro. Y no hay peor forma de morir. El árbol muere, sus hojas mueren, el tronco muere, pero la raíz no muere. Hay un mal que aqueja a esa planta de ramas enredadizas que es el hombre, el egoísmo. He aquí de donde surgen y provienen la mayor parte de sus fallos. La obstinación genera individualismo, lo alimenta, lo acrecienta hasta que se torna una enorme bola de nieve que, cuando nos dimos cuenta, va rodando colina abajo, arrasando con cualquiera que se interponga en su camino. 
Yo fui ese árbol. Soy ese árbol torcido.
Pero ahora quiero limpiar de mi savia lo impío de ese mal.
No quiero alejarme del bosque, ni que el bosque se aleje de mí.
Quiero cambiar y que el bosque cambie conmigo.
Que no me talen de mi lugar.
Que me perdonen si ocupo con mi copa de hojas más lugar que el debido.
Dicen que nunca es tarde para volver a empezar. 

miércoles, 18 de julio de 2012

¿Dónde está el tiempo? ¿Por qué el vacío pesa tanto, si se supone que es leve en su esencia? ¿Acaso la nada es algo? ¿Quién define un sentimiento? ¿Quién juzga el carácter del obrar de un ser humano? ¿Dónde está, si es que está, el bien supremo? ¿Por qué la soledad es mala, si no es más que el contacto con uno mismo? ¿Uno mismo puede perderse en uno mismo? ¿Cómo reconocemos cuando nos volvemos a encontrar dentro de nosotros? ¿Eso quiere decir que vez alguna estuvimos encontrados? ¿Será que somos la suma de pasadizos en un laberinto? ¿Nos lleva hacia algún lugar ese laberinto? ¿O es, sin más, una forzosa forma de recorrernos que no necesariamente nos conduce a un puerto final? ¿Y si existe ese puerto final, es la muerte? ¿Entonces es ahí donde se termina todo? ¿Es ahí donde empieza todo.. de nuevo? ¿Pero al fin y al cabo la vida es redonda por ser cíclica e infinita? ¿Hay principio? ¿Hay final? ¿O en su defecto, es todo llano, todo lo mismo, todo igual, y sólo son percepciones?
Debe ser un sueño.

domingo, 15 de julio de 2012

Quedándote o yéndote.

La calle Llupes raya al medio
encuentra Belvedere,
el tren saluda desde abajo
con silbos de tristeza
aquellas filas infinitas
saliendo de Central,
el empedrado está tapado..
pero allí está.

La primavera en aquel barrio
se llama soledad,
se llama gritos de ternura,
pidiendo para entrar
y en el apuro está lloviendo,
ya no se apretarán
mis lágrimas en tus bolsillos
cambiaste de sacón.

Un día nos encontraremos
en otro carnaval,
tendremos suerte si aprendemos
que no hay ningún rincón,
que no hay ningún atracadero
que pueda disolver
en su escondite lo que fuimos.
El tiempo está después.
¿Para qué necesito tanta gente si no te tengo haciéndome cosquillas en la panza? 
Me faltan tus manos dibujando el contorno de mis rasgos, los besos dulces de tus labios salados,
tu mirada fulminante, tu mano rozando la mía y apretándola con fuerza,
las tardes de incontables pasos azarosos luchando contra el frío.
Tu cuerpo en mi cuerpo, tu saliva en mi sangre, la fusión de nuestros deseos pulverizados en una promesa incumplida. Te fuiste, y hasta ahora no sabía el verdadero significado del verbo extrañar.