tinta y pluma pa volar

tinta y pluma pa volar

sábado, 31 de diciembre de 2011

31 de diciembre de 2011.

Esta época es especial para ponernos en perspectiva y pensar un poco cómo fue el año y si en verdad lo supimos aprovechar... Yo, personalmente, me la pasé un poco melancólica porque no me es posible mantenerme indiferente a recapitular sobre lo vivido, hacer un balance sobre los objetivos cumplidos, los pendientes y los que no se pudieron concretar a pesar de todo. Más allá de eso, es un ciclo más que se cierra. Y como todos, fue un año único pero "único" en el buen sentido. Lo que más destaco es el crecimiento por sobre todas las cosas, la experiencia y las personas que me deja para que me sigan acompañando. Es como que cada 365 días se renueva todo, pero de una forma puramente mental, porque simplemente sufrimos un cambio de número, porque los días siguen siendo los mismos: empiezan con el sol puesto en el amanecer y culminan con la luna de noche, sigue lloviendo desde el cielo en forma de agua y seguimos siendo de piel y hueso. 
Todo queda como era, pero a su vez todo cambia. 

El olvido.

El olvido es como arrojar la mitad de lo que somos al vacío. 
Pisotear con los pies las batallas encaradas.
El olvido es el peor de los errores que podemos cometer, habla sobretodo del pasado y nos marca el futuro. 
¿Qué sería de cada uno de nosotros sin la memoria individual y colectiva? 
No seríamos nadie, estaríamos muertos en vida.
Si al menos estamos vivos, busquemos la verdad como base de la justicia que tanto cuesta conseguir, pero independientemente de ser obtenida o no, la clave está en recordar. Y no constantemente de manera que nos asfixie la vida, sino para que el dolor que llamó a esa justicia nunca se repita. Que nos concienticemos como sociedad de lo que pasó y pasa día a día, de las pequeñas cosas y de las grandes también, para que sigamos creciendo y no tropecemos con la misma piedra, para aprender a hacernos cargo de lo que hacemos. De las gracias más tontas, pueden nacer las tragedias más grandes. Es muy fácil culpar cuando no se está involucrado..

viernes, 30 de diciembre de 2011

Odio despedirme de vos.
Oler la nicotina en mis dedos.
Morderlos hasta que sangren,
con tal de burlar el deseo de llamar tu nombre.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

LPA.

Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,


si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.


Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido. 


Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.

martes, 27 de diciembre de 2011

Ensalada de frutas mental.

A veces el camino que transito se me presenta maravilloso y pleno, encendido con mil arco iris de colores y otras veces es un signo de interrogación inmenso ¿por qué si te quiero te trato como si no existieras? La vida gira y gira disolviéndose en mil caminos, no sé cuál será el mío.. Tengo miedo de perderme y que nunca me encuentre el amor para rescatarme.
Y mi certeza más cierta es que le tengo miedo a los cambios porque no sé que viene después. La vida es siempre una sorpresa y ese cierto imprevisible es lo que nos mantiene vivos de verdad. Después de dar mil vueltas vos y yo por fin pudimos cruzarnos en los remolinos del destino. Dejame conocerte y conoceme. No dejemos que se acabe esta sorpresa de habernos encontrado, al menos no sin una razón lo suficientemente válida. 
Me confundo con los terceros y cuartos y me encuentro parada en el medio de la nada misma. Será que ya no me satisfacen los de vez en cuando, o será, tal vez, que ahora busco otra cosa y me propongo otras metas más concretas y sobretodo más duraderas. Es como si ya me sintiera preparada para alcanzar el siguiente escalón, como si algo dentro mio estuviera listo para lo nuevo. No tengo miedo a decir lo que siento pero es que te miro y me miro, y no sé qué me pasa. Siento cosas raras que ni yo me puedo explicar. Te deseo y te rechazo. Te miro y me miro, no sé qué me pasa.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Paseos de nada.


La rueda gira y pedalear es la ley primordial de la bicicleta que me lleva de paseo por escandalosos adoquines y calles sin salida. Yo esquivo los caminos repletos de automóviles y evito también los semáforos rojos que no me simpatizan porque me obligan a frenar, los amarillos que me asustan y me encomiendan a la voluntad del azar y los verdes por lejos son los que mejor me caen. Esos paseos veraniegos en donde la gente está de buen humor sólo porque sí, se saludan entre ellos con sonrisas pinceladas por el sol. Me doy vuelta sujetándome confiada, casi con los ojos cerrados, y constato que todo esté en orden. Luego respiro hondo, miro el cielo que desde mi casa no se ve tan claro, y veo las nubes más blancas que el algodón. Entonces me pregunto si el cielo es como yo lo veo en todas partes, me asombro por su inmensidad y canto mentalmente canciones sin letra. Cuando no quiero pensar en nada, lo logro con estas rutinas de ejercicio. Mágicamente borro toda idea de mi cerebro y disfruto del andar que dibujo en el asfalto, algunas veces por mi barrio y otras por mis no tan barrios.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Deberíamos darle más importancia al descanso.
Pensamos que es algo de vagos, pero hasta la tierra necesita descansar entre cosechas.
Es parte de un ciclo natural que nos negamos a acatar.

martes, 20 de diciembre de 2011

Apareció un homónimo.

La sutileza de ir con lo puesto hacia adelante. Fue como un soplo inmediato, casi tan sincero como una mentira desnudada. Espontáneo y pícaro, escondido en el orbicular inferior y superior de los labios. Franco como la honesta declaración de un enamorado, dejó un papel cargado de tinta azul mientras ella dormía, grabado en una cursiva tan prolija como la de un nene de 5to grado. La reclamó explícitamente, como si odiase las vueltas que da característicamente la calesita. Pero me congelé cual hielo en el refrigerador y comencé a temblar. La costumbre impone reacciones, nos implanta un determinado estilo de respuestas y es por eso que cuando nos envían un estímulo distinto nos paralizamos como si nos hubiésemos quedado sin armas para afrontar la más violenta guerra. Y es también en ese catártico momento que nos damos cuenta de que existe la variedad y que no todos somos iguales; que la esperanza que permaneció ocultamente agazapada nunca murió y es por ello que ahora a fuerza de desear con la potencia de los brazos de Hércules, nuestro afán va bajando del paracaídas y aterriza sobre el suelo, sobre nuestro suelo. Quizás era sólo cuestión de esperar hasta que el fruto madure y caiga por su propio peso; y la gracia está justamente en lograr atravesar esa espera sin desesperar. Si logramos esto, podremos alcanzar todo lo que nos propongamos siempre y cuando provenga desde la coraza del corazón.
Soñemos despiertos, soñemos dormidos, soñemos en el mar, soñemos en la montaña. 
Soñemos en cualquier lado y nunca, bajo ninguna circunstancia dejemos de soñar.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Hasta donde llega el hombre persiguiendo sus fines, esa es precisamente la línea que nunca logro trazar.. Se va re definiendo constantemente y cuando me encuentro segura, a punto de sellarlo con mi lápiz negro sobre el papel, otra vez quedo boquiabierta con estupor. Me sorprendo de lo bajo que pueden caer los seres humanos, sin diferencia de sexos, con tal de alcanzar lo que quieren. Olvidan el precio de sus acciones y actúan tan libres que a mí, personalmente me asusta. Mediante medios injustificables, lastiman, hieren y decepcionan y nunca jamás piden perdón. Cara dura es el factor común más repetido, una característica casi primordial. Perder hasta la dignidad, rebajarse en contra sus propias ideas es su inconsciente filosofía de vida. Resumiendo: patético.  
Y otra vez a mi me toca soportar el peso de la frustración. Por suerte soy fuerte. Las rimas me apoyan, pero otra vez me encuentro maldiciendo a su favor:
¡qué injusticia que un cerebro enano no se arregle con un par de tacos!



 “Sueña y serás libre en espíritu, lucha y serás libre en vida”
Ernesto Guevara

Revolución mental.

Qué sería de la raza humana si no hubiera gente llena de ideales, de principios. Gente que no se calla, que no teme decir lo que piensa, que lucha por lo que cree, que da guerra por lo que quiere, pero que no hace la guerra; que no se deja llevar por el montón, que tampoco quiere pertenecer al montón, que está convencida de que todo puede ser mejor, que no se conforma, que interviene por convicción, que persevera por la igualdad, que no se piensa más ni menos, que está segura de lo que sostiene, que apuesta a la juventud, que considera la posibilidad de concretar sus sueños, que se mueve para alcanzarlos. Esa gente aventurera que no se pasa la vida detrás de una caja boba o una computadora, aquellos que se alimentan de las ansias de recorrer el mundo aunque sea tan solo con una mochila a cuestas, los que se informan y sacan sus propias conclusiones, los que no ponen el dinero a la misma altura que la felicidad, los que piensan verdaderamente en los demás, los que hacen y no sólo dicen, los que apuntan a dejar una huella cuando ya no estén, los que desean estrafalariamente, los que se distinguen del resto, los que quieren propagar lo que piensan, los que quieren la verdadera Revolución, los que cuidan la naturaleza, los que sienten el fervor de la vida en cada una de sus venas. Para los que admiran, los que no se quedan quietos, los que no viven por inercia, los que mueren dignamente, los que la pelean hasta las últimas instancias, los que arriesgan sus vidas. A los que se les llenan los ojos de brillo, los que están orgullosos de lo que son, los que no se esconden, los que son transparentes, los que no piensan en el que dirán, los que van de frente, los que creen que la justicia pertenece al plano sensible y no inteligible, los que usan sus manos para hacer caricias y no para golpear, los que no corrompen las leyes para el beneficio de unos pocos, los que no mienten ni distorsionan la verdad para su conveniencia, los que tienen fé en el amor, los que se hacen cargo de las consecuencias, los que piensan en el pueblo, los que estudian, los que se interesan por la educación, los que tienen ganas de crecer progresivamente, los que nunca quieren dejar de aprender, los que respetan, los que no juzgan, los que ayudan y los que no dudan en pedir ayuda, los que no piensan con el bolsillo, los que no discriminan, los que sienten, los que tienen corazón.

 A cada uno de ellos les doy gracias por haberme nutrido desde el alma.

Esa es la clase de personas que le hace falta a este cosmos.
Esa es la clase de persona que espero llegar a ser.

Cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da.

Yo no creo en la justicia, solamente en el Karma.
Esa energía, que no se ve y no se toca, pero que de alguna manera está y también se siente. Esa Ley de causa y efecto.
“Todo vuelve” porque cada uno cosecha lo que siembra.
No se llama yeta, ni tampoco se define como suerte.
Algunos ganan y naturalmente otros pierden en la ley del Karma, y justamente ahí reside la importancia de ser buena persona, de proponerse tratar de mejorar un poco a diario, desafiarnos a ello, porque al fin y al cabo, vamos mutando constantemente y por ende no somos más que lo que hacemos día a día. Entonces más tarde o más temprano, finalmente, todos consiguen lo que merecen.
Vivir ahora y sin un por qué constante. Las cosas simplemente pasan y a cada uno le llega lo que le corresponde, aunque a veces no seamos del todo conscientes.
Por eso no tengamos miedo de seguir nuestras ideas, de abrir la boca y opinar distinto porque no estamos de acuerdo, de romper las reglas que van contra nuestros principios, de arriesgarnos para alcanzar lo que queremos; sólo si realmente tenemos la convicción de lo que hacemos, si estamos seguros y tenemos las cosas en claro. No tengamos miedo de vivir nuestra vida envueltos en el después de las consecuencias..

Fluir sin influir.

Viajando sin rumbo no podemos perdernos. Tenemos de guía nuestro incierto. El destino nos cruza en este prematuro verano, en este calor mezclado de rocío. Sin tiempo y sin horarios nos llenamos de este río. No creemos en Dios y dicen que es divino. 
La divinidad es la libertad y los sentidos; poder vivir volando, despegando los pies del piso.
No te miento si te digo que me siento aturdida por momentos. El recuerdo de sus besos, me congela.
Viajando sin rumbo me encuentro a mi misma y olvido sus manos, su boca, su pelo.
No existe el destino si no lo buscamos. Y no encuentro las palabras que deseaba regalarte.

Desapego.
Desarraigo.
Desinterés.

Tres palabras que acabo de involucrar en mi vocabulario. 
Te las dedico, todas, por primera y última vez.

Si no hay amor, que no haya nada entonces.

"Pasame a buscar",
te dije
se oyó como una orden
y se sintió como un deseo.

No lo hiciste.

Y ahora estoy
varada
en una plaza
que escucha mis silencios.

No lo hizo.

Algunos segundos me
incendian las ganas
de salir corriendo
y tocarte timbre.

No lo hice.

No hicimos nada
para durar
aunque sea
un invierno.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Junín, Junín, Junín

Qué feliz voy a ser el 3 de marzo.
Indio, peladito querido, te quiero ver cantar.


Los peores vicios son las malas actitudes,
los otros son fácilmente razonables. 

sábado, 10 de diciembre de 2011

Y creer en lo que veo, pero también ver lo que creo.

El antes perfecto círculo de la circunferencia de nuestra amistad se fue dilatando, hasta dejar de ser una figura armoniosamente geométrica. Ahora.. ya no sé lo que es pero puedo reconocer que no pertenece a ese plano anymore. Globos que se pinchan, globos de coloridos colores que se explotan repentinamente. Parches que se descosen. Bolsas que se abren. Y suaves puñales que se clavan muy dentro.
Yo personalmente me quedo tranquila, hice lo que debía. Hablé yendo de frente. Pero lamentablemente mis kinotos están al whisky con los terceros que dan lugar a los malentendidos y a teléfonos odiosamente descompuestos. Cortemos con esa línea de comunicación, llamemos al servidor y escupamosle vía cell phone que no queremos un servicio de esa índole. Que él me dijo, ella le dijo, vos le dijiste.
Recibí lo que quería escuchar pero evidentemente eso no era la catártica verdad. Esa creencia errónea que nos lleva a engañar pensando que estamos haciendo el bien. Ey, a la larga no es lo mejor. Es más, dejame que te diga que lo que se siente en el corazón  no se lo va a llevar mágicamente una ráfaga proveniente de la Patagonia. Vaya ilusa ilusión.. Así que ¡cuidadito! ojito conmigo y con querer sacarme del medio. Eso no se hace ¿no te lo enseñaron? Una vez me dijeron que tres era un número difícil. Es cierto. Odio los triángulos de las bermudas (no porque haya surgido de mi, sino porque el tiempo me hizo hacerlo) ya que siempre queda un arista solo y desolado.
Pero gracias también, por darme razón otra vez. Que últimamente mi sexto sentido de mujer se está despertando. Es como si hubieran algunos elementos no físicos que se desarrollan con la experiencia, y que si no los hacemos vivir, no se despiertan y por consiguiente no aparecen nunca.
Ahora sé lo que te pasa. Es bueno saberlo.
Sé. Confío en mí y lamento decirte que no voy a pensar en vos antes que en mi superyo. Alegar mis deseos es algo que no considero ni siquiera tener en cuenta.
Vení. Dale. Estoy acá esperando a que se te caiga la cara de yeso.
Y finalmente me pregunto por qué existe la confusión. 
Besos con sabor a cianuro.

jueves, 8 de diciembre de 2011

"Cerrá los ojos y mirame"

Y de pronto, casi imprevistamente, aunque no tanto para quién tuviese un poco de olfato y sentido común si se trata de cuestiones de amor, así como percepción de lo que se desarrolla a su alrededor; ella, con su alborozada presencia, se dirigió segura pero con un aire miedoso a la otra parte del mundo que había en la encumbrada plataforma. Lo quería desde aquel instante. Lo esperó con un plan maléficamente ideado para atraparlo entre sus manos y sentir su barba otra vez. Él que siempre se caracterizó por la falta de concreta de decisión, la tomó por sorpresa apareciéndose calmo. Era tarde, muy tarde, pero no lo suficiente como para que saliera el sol anunciando el calor del feriado desolado. Entonces, resolvieron esperarlo. Lo usaron como excusa; dejaron que el tiempo vuele al ritmo del cantar de los pájaros que se escuchaban lejanos y pacíficos. El cielo anunciaba un eclipse de besos, los colores del mismo eran una personificación del arco iris. Muy confuso todo, empezando por el paisaje, pero no obstante hermosísimo; con la brisa propia de playa en plena city con más árboles de los supuestos, ellos se perdían en conversaciones de segmentos sin principio ni fin. Reitero que todo lo mencionado forma parte de un consistente libro de pretextos, evidentes en risitas. Dejaron sin apuros, tímidos, al azar de la iniciativa de ella. De repente una orden prepotentemente segura anunció dulce: “Cerrá los ojos y mirame” Él obedeció casi miedoso. Y con un temblequeo en el estómago, una sensación algo parecida a una manada de elefantes grises escapando de un predador, se acercó a sus labios. Sin estar en puntas de pie y entregada al abismo, le regaló sus ganas por segunda vez, sabiendo perfectamente lo que hacía.
Le era inevitable pensar y pensar. Cómo lo había deseado, cómo lo había ansiado, cómo las cosas llegan a su debido tiempo, que estaba pasando y no era un efímero sueño y lo orgullosa que estaba por fin de ella misma. Se sentía más grande y gigantemente feliz. Un  abrazo eterno, y un hasta siempre.

martes, 6 de diciembre de 2011

Madurar no es crecer.

Simple. Eso. Madurar no es crecer. Prefiero no crecer nunca. No quiero dejar de ver formas en las nubes, no quiero que el pasto deje de ser mi colchón favorito, no quiero convertirme en un ser calculador y frio. Quiero seguir creyendo que puedo volar como Campanita, que existen los piratas malos como Garfio, que existe un lugar donde nunca se crece... Tendré el síntoma de Peter Pan? No querré crecer nunca?

Lo que quiero es madurar un poco más cada día, aprender de lo que me pasa y lo que pasa alrededor mio. Quiero aprender de los errores y de los aciertos, de los
 días buenos y los no tan buenos, de lo que pienso y lo que otros piensan. De la historia, de la música, de los libros, de los sentimientos. De mis amigos, de mis papás, de mi hermano... De algún novio, de mis profesores, de los amigos viejos. Tengo ansias de conocimiento y no solo de conocimiento ese que viene en libros, sino del verdadero del que se pasa de boca en boca. El que se pasa con un gesto, una mirada, con la palabra justa en el momento indicado, con un reto o un abrazo. Ese quiero.
Sé que si me lo propongo puedo madurar y no crecer. Puedo seguir siendo esa nena que fui alguna vez. Puedo adquirir conocimientos y madurar cada vez más sin olvidarme de la que soy.
No quiero que la rutina me agobie, ni que me agarre un sulmenage (no sé cómo se escribe pero se entiende).
Quiero vivir de lo que voy a estudiar, quiero viajar, quiero ser una kinder por siempre. Una kinder con obligaciones de adulto. Un adulto que no se olvide que alguna vez fue niño.
Eso quiero para mi.
Espero poder hacerlo.


Y bueno, nada, bienvenido 5to año.
¡Qué rápido pasa el tiempo, queloparió!

lunes, 5 de diciembre de 2011

domingo, 4 de diciembre de 2011

Paso a paso.

Dejar de seguir al pie de la letra la perspectiva de los demás. No utilizar como base sus puntos de vista. Centrarse en la construcción y trabajo de los propios; pues, los míos, valen más. El camino lo traza mi venosa mano con rumbos sorprendentes. Comprender, que nunca se pierde sin haber aprendido. Tomarse así el tiempo exacto. Guardar cada culminación y efímero deseo cumplido en cajitas de porcelana, dejando de lado la brutal necesidad de hacer saber al resto, acto que empuja al hombre a actuar cobardemente y “por miedo a” Convencernos de lo que hacemos. Creernos lo que nos decimos. Sembrar lo que queremos sea nuestro karma. En primer término, satisfacernos a nosotros mismos para después sí  bailar armoniosamente con el resto de los seres humanos y animales. Subrayar de esta hoja la palabra disfrutar con un color dulce y primaveral, si se desconoce el significado de ella, tarea para el hogar: buscar su definición en el diccionario interior. Medir las consecuencias teniendo bien presentes a las causas. Alimentar la memoria para que siga creciendo y no que se estanque en otro tiempo que no sea el ahora. Utilizar nuestros sentidos fervorosamente, así como cada parte de nuestro cuerpo. Besar, abrazar, sonreír, morder, gritar, volver a reír, caminar y comer. Invitar a nuestros impulsos a tomar el té en la sala principal sin esperar necesariamente que la campana dé las cinco. Acariciar suave y levemente al ocio para que se sienta como en casa y así, querido. Cerrar los ojos y no olvidarnos de soñar, al menos una vez al día. Trazarse metas, objetivos personales pero sin caer en la monotonía de la ambición. Y si lo hacemos, levantarnos súbitamente. Hablar. La comunicación es la única forma de entendernos y lograr nuestros propósitos si al “otro” involucra. Decir lo que uno piensa y no tratar de creer que lo que uno dice es lo que piensa. No dejar de lado los detalles, ellos son los únicos capaces de salvarnos de la inercia que nos ofrece la rutina. No empecinarnos caprichosos con lo que el curso de las cosas nos aparta. Si somos frescos, naturales, suspicaces y con la chispa justa de picardía, no hay, entonces nada que temer. Sólo así cosecharemos todo lo que pedimos; si lo damos, entonces después lo seremos y finalmente lo tendremos. Entre paréntesis el dinero no cotiza más que en lo material, por ende, aquí lo descartamos sin lugar a duda. Y por último y no menos importante, y en mayúscula por favor: vivir.
Y me propuse regirme por el principio de inacción.
Una especial forma de fluir sin influir, de vivir sin interrumpir y de favorecer sin impedir.
Algo así como una fusión de Carpe Diem y Seize the day. 
¡Apurémonos, que el tiempo está volando!


Lo que somos. El presente. Eso somos.

Odio las esquinas por bifurcadas.
Porque reflejan mi pasado.
Porque auguran mi futuro.

Encrucijadas equidistantes.
Pero eso qué importa.. si total, nosotros somos de mar y un poco de arena.
 
Pero más de mar porque rugimos y somos dueños de una eternidad solemne y profundidad sin tiempos.
Pertenecemos a la arena de nuestras batallas, aún más al mar salado de nuestras lágrimas no derramadas.
Somos los granos de arena que se escurren en las manos del destino,
aunque más somos del mar que nos arrastra.